12 rincones maravillosos (y poco conocidos) de Catalu?a

1. Montseny (Barcelona / Girona)

El Montseny es una gigantesca mancha verde cercana a Barcelona (aunque una peque?a parte del parque se interna en la provincia de Girona), un pulm¨®n de ox¨ªgeno a apenas 50 kil¨®metros de la gran metr¨®poli que conserva gran parte del ecosistema mediterr¨¢neo desaparecido en otros macizos del litoral. Su considerable altura, 1.706 metros, y su cercan¨ªa al mar se al¨ªan para que el Montseny albergue una incre¨ªble cantidad de pisos bot¨¢nicos. En sus abruptas laderas pueden verse desde encinas y alcornoques a pino rojo, casta?os, hayas, abetos y robles.

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2. El Bergued¨¤ (Barcelona)

Ha sido siempre una comarca poco poblada, a mitad de camino entre el Pirineo y la llanura central catalana, en la que el r¨ªo Llobregat ha marcado la fisonom¨ªa y el ritmo econ¨®mico. El Llobregat marca tambi¨¦n las principales rutas tur¨ªsticas del Bergued¨¤, empezando por Castellar de n¡¯Hug, el pueblecito m¨¢s bonito de la comarca. Tiene adem¨¢s muy buenos ejemplos del rom¨¢nico catal¨¢n, como Sant Vi?enc de Rus, en cuya iglesia aparecieron durante una restauraci¨®n en 1983 interesantes pinturas murales del rom¨¢nico y del g¨®tico. Para los amantes de la naturaleza, en el Bergued¨¤ empieza el Cam¨ª dels Bons Homes, una ruta que cruza los Pirineos y sigue la estela de aquella otra que usaron los c¨¢taros o ¡°buenos hombres¡± entre los siglos XIII y XIV para huir de la Inquisici¨®n.

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3. Castillo y monta?a de sal de Cardona (Barcelona)

Cardona es una de las grandes ciudades hist¨®ricas del interior de Catalu?a. Una apacible localidad de 5.000 habitantes en la comarca barcelonesa del Bages fuera de rutas tur¨ªsticas cl¨¢sicas y ligada a dos elementos: el castillo y la sal.

La fortaleza de Cardona es soberbia y f¨¢cil de distinguir a lo lejos, sobre lo alto del cerro que domina la comarca. Hoy se ha reconvertido en un estupendo parador de turismo. Pero es que adem¨¢s, Cardona se levanta sobre una gigantesca bolsa de sal s¨®dica y pot¨¢sica, que fue el motor de la econom¨ªa local hasta la d¨¦cada de los noventa. Cuando la ca¨ªda de los precios provoc¨® el cierre paulatino de la mina, se pens¨® en reutilizar las instalaciones con fines tur¨ªsticos. As¨ª, las galer¨ªas, pasadizos, b¨®vedas y pozos excavados por el hombre a m¨¢s de 80 metros de profundidad est¨¢n ahora abiertos al p¨²blico, que puede visitar las entra?as de Cardona, la ciudad crecida en torno a un castillo.

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4. Casco hist¨®rico de Girona

Un pa?o de fachadas de suave color pastel se alinea a lo largo de la ribera del r¨ªo Onyar. Es una de las m¨¢s pintorescas fotograf¨ªas de Girona, una ciudad llena de historia y rincones encantadores. Las casas coloreadas fueron construidas en el siglo XIX para reemplazar los trozos de muralla derribados por los franceses. Pero mucho antes, una comunidad jud¨ªa viv¨ªa en laber¨ªnticos barrios intramuros, llenos de escaleras y callejuelas, hoy restauradas. Es la juder¨ªa de Girona, una de las mejor conservadas de Espa?a. Entre todo este amasijo hist¨®rico hay tambi¨¦n protagonismo para los ba?os ¨¢rabes, una catedral que mezcla el g¨®tico y el barroco y piedras que pertenecieron a la V¨ªa Augusta, la calzada romana que un¨ªa Tarragona con Roma. Un museo de historia al aire libre.

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5. Camprod¨®n (Girona)

Si se entra en el Ripoll¨¦s por las faldas pirenaicas hay que programar una parada en Camprod¨®n, cuna del compositor Isaac Alb¨¦niz. La imagen cl¨¢sica de la localidad es el puente medieval sobre el cauce del Ter, glosado en lienzos y poemas de todo tipo y ¨¦poca, pero dentro de la urdimbre p¨¦trea de Camprod¨®n se conservan otros hitos dignos tambi¨¦n de visita, como la plaza Mayor porticada, las casas colgadas sobre el Ter o las villas modernistas que ricos hacendados barceloneses se hicieron construir aqu¨ª a principios del siglo XX, cuando empez¨® la primera edad dorada del turismo rural.

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6. Santa Mar¨ªa de Ripoll (Girona)

En la misma comarca que Camprod¨®n est¨¢n Ripoll y su monasterio de Santa Mar¨ªa, un gran centro espiritual que irradi¨® la cultura catalana desde el a?o 888. A su portada se le ha llamado de todo, desde ¡°arco del triunfo de la Cristiandad¡± a ¡°P¨®rtico de la Gloria del rom¨¢nico occidental espa?ol¡±.

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7. La Cerdanya (Girona y Lleida)

Constre?ida entre la Serra del Cad¨ª-Moixer¨° al sur y las cumbres del Pirineo occidental, al norte, la Cerdanya se presenta al viajero como un espejismo llano, singular y alargado de este a oeste -en vez de norte a sur- como el resto de los valles pirenaicos. Una distinci¨®n que forja su fisonom¨ªa y su car¨¢cter. La Cerdanya geogr¨¢fica, con capital en Puigcerd¨¤, est¨¢ partida administrativamente entre Francia y Espa?a en virtud de un tratado de paz del siglo XVII, y la parte espa?ola a su vez entre las provincias de Girona y Lleida. Pero si algo tiene de singular los paisajes de la Cerdanya son la inmensidad de horizontes, la amplitud de los espacios ba?ados por una luz especial y modelados por la actividad agropecuaria del hombre desde hace siglos.

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8. Solsona (Lleida)

Solsona es una ciudad apacible, casi adormilada, de manera que el viajero que pasea por sus calles no debe de hacer grandes esfuerzos para imaginarse caminando por una escena de hace un par de siglos. Palacios, iglesias, casonas y conventos forman el n¨²cleo m¨¢s antiguo, el que estuvo ce?ido por las murallas, de las que quedan tres portones intactos. Si se entra por el portal del Pont, en la carretera de Basella, conviene subir por el carrer de Sant Miquel hasta la catedral, el edificio se?ero de la ciudad, y de all¨ª seguir hasta la plaza Mayor.

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9. La Seu Vella (Lleida)

La Seu es el gran templo de Lleida, una soberbia catedral que en vez de estar abajo en el llano, como las dem¨¢s, se alza en lo alto de una monta?a que domina la ciudad. Por eso a veces parece m¨¢s un castillo que un templo religioso Su construcci¨®n comenz¨® en 1203 bajo la direcci¨®n del maestro Pere de Coma sobre los cimientos de una mezquita musulmana. Solo subir al cerro donde est¨¢ la Seu es ya una experiencia, porque desde all¨ª cambia la vista de Lleida y su comarca. Todo el conjunto rebosa monumentalidad.

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10. Camino Real de Ar¨¢n (Lleida)

El ¨²nico valle del Pirineo espa?ol que desagua hacia el norte. Y una excepci¨®n cultural y ling¨¹¨ªstica dentro de Catalu?a. As¨ª es el Vall d¡¯Aran, una comarca de hermosos paisajes y de alto nivel econ¨®mico gracias al turismo, en la que siete mil habitantes comparten una lengua -el aran¨¦s- de origen occitano; una estructura pol¨ªtica diferente encabezada por un sindic y una cultura enraizada con las familias gasconas del sur de Francia. Paralelo al r¨ªo Garona a¨²n se conservan muchos tramos del Camino Real, un antiguo camino carretero que durante siglos represent¨® la ¨²nica v¨ªa de comunicaci¨®n entre las localidades aranesas. Hoy es una ruta senderista muy demandada por la que se pueden unir buena parte de los pueblos del valle hasta Les, el ¨²ltimo antes de llegar a la frontera con Francia.

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11. Pallars Sobir¨¤ (Lleida)

Pura alta monta?a, entre prados alpinos y picos de roca desnuda que guardan en sus umbr¨ªas peque?os neveros hasta bien entrado el verano. Una perturbadora sensaci¨®n de grandiosidad en los pastos verdes y luminosos por encima de los 2.000 metros. El Pallars Sobir¨¤, una de las comarcas pirenaicas leridanas m¨¢s remotas y abruptas, que incluye la cima de Catalu?a, la Pica d¡¯Estats (3.143 m). De su dif¨ªcil acceso habla el hecho de que solo existe un paso natural por el sur, el desfiladero de Collegats, en el valle del Noguera Pallaresa. El r¨ªo Noguera Pallaresa se ha convertido en la meca de los deportes de aguas bravas dadas las excepcionales condiciones del cauce leridano para el rafting y el kayak.

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12. Monasterio de Poblet (Tarragona)

Es uno de los grandes monasterios fortificados cistercienses y uno de los m¨¢s importantes centros de poder y cultura de Catalu?a desde tiempos de Ram¨®n Berenguer, adem¨¢s de pante¨®n real de los monarcas aragoneses. El monasterio de Poblet fue fundado en las cercan¨ªas de Montblanc en el siglo XII. A¨²n conserva todo el per¨ªmetro de recias murallas, as¨ª como la importante biblioteca, varios claustros decorados con delicadas volutas, un retablo mayor de alabastro tallado en el siglo XVI y la sala capitular con las tumbas de 11 abades.

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