El almac¨¦n nuclear, sepultado antes de nacer
El sue?o de Villar de Ca?as se desvanece mientras el Gobierno se replantea qu¨¦ hacer con los residuos radiactivos que se generan en Espa?a
Hay infraestructuras que son capaces de cambiar la vida a una poblaci¨®n. Para muchos habitantes del pueblo conquense de Villar de Ca?as, la construcci¨®n de un almac¨¦n de residuos nucleares ven¨ªa a ser como un moderno plan Marshall. Los vecinos se vieron contagiados por la fiebre del oro at¨®mico y echaron cuentas al calor del suculento dep¨®sito acorazado. Intr¨¦pidos ingenieros, constructores y hosteleros vieron una extraordinaria oportunidad para desplegar sus negocios. En esta poblaci¨®n de menos de 500 habitantes se instal¨® una gestor¨ªa y una entidad bancaria reabri¨® su sucursal. Algunos vaticinaban el fluir del dinero: los mil millones de euros que, seg¨²n el Gobierno, se invertir¨ªan en edificar el silo.
Todos aquellos proyectos han quedado en humo. Las fabulosas inversiones con las que muchos so?aron son solo un espejismo. En los terrenos de Villar de Ca?as crecen, como siempre, distintas variedades de cereal. Ni rastro del Almac¨¦n Temporal Centralizado (ATC).
El flamante Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica parece querer enterrar esta megainstalaci¨®n definitivamente. Ha solicitado al Consejo de Seguridad Nuclear que no tramite el informe sobre la autorizaci¨®n para construir el dep¨®sito que deb¨ªa albergar los residuos de alta actividad generados en las centrales nucleares espa?olas. La petici¨®n se justifica por la necesidad de definir previamente la pol¨ªtica del Gobierno en materia energ¨¦tica.
Cae as¨ª sobre el ATC un nuevo aplazamiento en un azaroso camino que se inici¨® en 2004, cuando el Congreso se propuso acabar con la dispersi¨®n de los residuos t¨®xicos de alta actividad y los partidos acordaron proponer al Gobierno la construcci¨®n de un ¨²nico cementerio geol¨®gico profundo. Tomada la decisi¨®n de unificar los residuos, Villar de Ca?as fue la localidad elegida por el PP. Era 2011 y muchos, que adivinaban un desarrollo floreciente para la comarca, se frotaron las manos. Pero el Gobierno socialista de Castilla-La Mancha guardaba un as en la manga: gan¨® tiempo declarando la zona en la que se encuentra la parcela como un territorio de especial protecci¨®n para las aves.
La cuesti¨®n de fondo no es tanto los avatares que ha sufrido el nicho at¨®mico a lo largo de los ¨²ltimos a?os como si realmente es necesario este emplazamiento (m¨¢s all¨¢ de ser visto como el vellocino de oro por el Ayuntamiento de Villar de Ca?as). Espa?a paga una factura de unos 74.000 euros diarios a Francia por custodiar en su territorio nuestros desperdicios nucleares. Pero, a falta de una gran infraestructura, algunas centrales espa?olas cuentan ya con sus propias piscinas para acoger los residuos.
El Gobierno tiene que hacer bien los c¨¢lculos sobre la vida ¨²til de las centrales y tomar una decisi¨®n. No sea que ocurra como con el nuevo submarino S-80 Plus de la Armada y el c¨²mulo de desaciertos que atesora. Primero, un error de dise?o oblig¨® a aumentar su eslora porque pesaba demasiado y no pod¨ªa flotar, y ahora es demasiado grande y no cabe en los muelles de atraque del puerto de Cartagena. Estos fallos encarecer¨¢n los cuatro sumergibles en 1.700 millones (a sumar a los 2.100 del coste inicial). Al final, las chapuzas salen caras.
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