Cambio sem¨¢ntico en Cuba
El anteproyecto de reforma constitucional introduce liberalizaciones, pero faltan derechos fundamentales
El anteproyecto de reforma constitucional abordado este fin de semana por el Parlamento cubano, con facultades constituyentes, cierra el paso a la deseable democracia representativa, pero incorpora reajustes sem¨¢nticos, econ¨®micos y sociales susceptibles de un desarrollo legislativo m¨¢s amplio, entre ellos el reconocimiento de la propiedad privada, la figura del primer ministro y la definici¨®n del matrimonio como la uni¨®n entre dos personas, con independencia de su orientaci¨®n sexual. Bienvenidas tales liberalizaciones, pero faltan las fundamentales. El partido comunista seguir¨¢ siendo la ¡°fuerza dirigente superior de la sociedad¡±, y ni la propia Constituci¨®n puede imponerle directrices, pero, as¨ª como la anterior instaba a la construcci¨®n del socialismo y al avance hacia una sociedad comunista, en el anteproyecto se elimina esa meta. Empe?arse en la utop¨ªa fue ruinoso.
Editoriales anteriores
La inversi¨®n extranjera aparece tambi¨¦n ahora como un bien a preservar, y se instala en el anteproyecto porque es imprescindible en un pa¨ªs sin ahorros y con una econom¨ªa subdesarrollada y dependiente. Ese reconocimiento debiera llevar a la aprobaci¨®n de un marco regulador menos invasivo que el vigente, un aut¨¦ntico freno en la captaci¨®n de inversores.
El texto que ser¨¢ sometido a refer¨¦ndum no ceder¨¢ espacios a derechos fundamentales como las libertades de prensa, sindicaci¨®n y asociaci¨®n pol¨ªtica, cuya imperiosa necesidad no queda en absoluto compensada por logros como la gratuidad de la sanidad y la educaci¨®n, tan alabadas en Cuba y ciertamente punteras en una Am¨¦rica Latina castigada por la desprotecci¨®n social. La inclusi¨®n de todos en los asuntos que a todos compete seguir¨¢ siendo exigencia irrenunciable, la gran asignatura pendiente en Cuba. La convocatoria de una Asamblea Constituyente hubiera sido el momento id¨®neo para dar voz, de una vez, a todos los sectores capaces de representar a los once millones de cubanos.
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