Parque Jur¨¢sico
La defensa de la represi¨®n en Nicaragua que ha hecho el Foro de Sao Paulo es ret¨®rica vac¨ªa y contraria al esp¨ªritu humanista de la izquierda
Hace poco el senado uruguayo vot¨® por unanimidad una resoluci¨®n de condena a la represi¨®n sangrienta que sufre Nicaragua. El Frente Amplio que cobija a la izquierda de distintos matices, el Partido Nacional y el Partido Colorado, de derecha y centro derecha, y los socialdem¨®cratas, liberales, socialcristianos, todos concurrieron en reclamar a Ortega "el cese inmediato de la violencia contra el pueblo nicarag¨¹ense". Durante el debate, el expresidente Jos¨¦ Mujica, al referirse a los cerca de 350 muertos de la masacre continuada, dijo unas palabras que suenan ejemplares: "me siento mal, porque conozco gente tan vieja como yo, porque recuerdo nombres y compa?eros que dejaron la vida en Nicaragua, peleando por un sue?o¡y siento que algo que fue un sue?o cae en autocracia¡quienes ayer fueron revolucionarios, perdieron el sentido en la vida. Hay momentos en que hay que decir 'me voy'".
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Son palabras ejemplares porque representan lo que siempre he cre¨ªdo son los fundamentos ¨¦ticos de la izquierda, basados en ideales permanentes m¨¢s que en ideolog¨ªas que se quedan mirando hacia el pasado. Una postura similar la han asumido partidos y personalidades de izquierda en Espa?a, Chile, Argentina, M¨¦xico, que rechazan el f¨¢cil y trasnochado expediente de justificar la violencia del r¨¦gimen de Ortega contra su propio pueblo, echando las culpas al imperialismo yanqui, seg¨²n la cartilla.
Es lo que ha hecho el Foro de Sao Paulo, reunido en La Habana, al emitir una declaraci¨®n en la que, con pasmoso cinismo, se rechaza ¡°el injerencismo e intervencionismo extranjero del gobierno de Estados Unidos a trav¨¦s de sus agencias en Nicaragua, organizando y dirigiendo a la ultraderecha local para aplicar una vez m¨¢s su conocida f¨®rmula del mal llamado ¡°golpe suave¡± para el derrocamiento de gobiernos que no responden a sus intereses, as¨ª como la actuaci¨®n parcializada de los organismos internacionales subordinados a los designios del imperialismo, como es el caso de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)¡±.
Hay que leer en voz alta a estos se?ores reunidos en La Habana la declaraci¨®n de Podemos emitida en Madrid: ¡°reclamamos la investigaci¨®n y el esclarecimiento de todos los hechos sucedidos durante las movilizaciones, incluyendo la rendici¨®n de cuentas ante los tribunales por parte de las autoridades policiales y pol¨ªticas que se hallen responsables de las violaciones de los Derechos Humanos cometidas¡±.
El coro burocr¨¢tico en La Habana termina justificando cr¨ªmenes en nombre de una ideolog¨ªa f¨¦rrea que no acepta los cambios de la historia
A un discurso trasnochado lo acompa?a siempre un lenguaje obsoleto. ?Esta del Foro de Sao Paulo es la izquierda, o lo es la que representa el pensamiento humanista de Jos¨¦ Mujica? Aquella pesada diatriba nada tiene que ver con la realidad de Nicaragua. Es la ret¨®rica hueca, lejana a todo contacto con la verdad, que se qued¨® perdida en las elucubraciones de una ideolog¨ªa fosilizada. En el parque jur¨¢sico no hay pensamiento cr¨ªtico.
El oficio ¨¦tico de la izquierda fue siempre estar del lado de los m¨¢s pobres y humildes, con sentimiento y sensibilidad, como lo hace Mujica. En cambio, el coro burocr¨¢tico termina justificando cr¨ªmenes en nombre de una ideolog¨ªa f¨¦rrea que no acepta los cambios de la historia. Defender el r¨¦gimen de Ortega como de izquierda, es solo defender su alineamiento dentro de lo que queda del ALBA, que ya no es mucho, tras el fin de la edad de oro del petr¨®leo venezolano gratis, y el golpe mortal que le ha dado, tambi¨¦n desde una posici¨®n ¨¦tica, el presidente Moreno de Ecuador.
Para entender el lenguaje perverso de quienes redactaron la resoluci¨®n del Foro de Sao Paulo, y los sentimientos de quienes la aprobaron, hay que ponerse la capucha de los paramilitares que sostienen a sangre y fuego al r¨¦gimen en Nicaragua, y olvidarse de las centenares de v¨ªctimas, entre ellos ni?os y adolescentes.
No puedo imaginar a un ultraderechista aliado del imperialismo yanqui m¨¢s at¨ªpico que Alvarito Conrado, el ni?o de 15 a?os, estudiante de secundaria, que por un natural sentido de humanidad corr¨ªa a llevar agua a unos muchachos desarmados que defend¨ªan una barricada en las cercan¨ªas de la Universidad Nacional de Ingenier¨ªa, y le dispararon un tiro en el cuello con un arma de guerra. Fue al mediod¨ªa del 20 de abril, muy al inicio de las protestas que ya duran tres meses. Lo llevaron, herido de muerte, al hospital Cruz Azul del Seguro Social, y se negaron a atenderlo. Muri¨® desangrado. Alvarito es hoy un icono, con su sonrisa inocente y sus grandes lentes. Agente del imperialismo, conspirador de la ultraderecha empe?ado en derrocar a un gobierno democr¨¢tico de izquierda. La izquierda jur¨¢sica.
Sergio Ram¨ªrez es escritor y Premio Cervantes 2017
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