Abandonos
Las protectoras y los refugios est¨¢n saturados, el panorama es desolador por culpa de esas almas desaprensivas que se desentienden de sus mascotas
En la mirada de los perros parece como si se condensara un ruego: no me abandones, no te olvides de m¨ª, dependo de ti, te adoro sobre todas las cosas porque eres el amo de mi peque?o mundo. Creemos que las personas que asumen la responsabilidad de tener una mascota entienden ese mensaje que esconde la mirada de los animales de compa?¨ªa. Esos seres que alegran la vida de miles de personas no se merecen que los abandonen, que los saquen de la que cre¨ªan su casa y los dejen tirados en alejados y peligrosos caminos. El animal de compa?¨ªa no entiende nada, pensaba que era parte de la familia que lo adopt¨®, no hizo ning¨²n mal y daba afecto a raudales.
Hay gente cruel y ruin capaz de abandonar a su suerte a sus mascotas. Lo hacen con una indiferencia que asusta. Cometen un delito sin remordimiento. Abren, por ejemplo, la puerta del coche y le hacen creer a su mascota que van a dar un paseo. El perro sale feliz y confiado, y los due?os arrancan y aceleran. La escena lleva d¨¦cadas dibujando el mapa de las carreteras espa?olas. El abandono de animales es una realidad vergonzosa.
En mi familia nos pasamos la vida recogiendo y cuidando animales abandonados. Colocando camadas de perros y gatos que aparecen en el monte y necesitan due?o. Ya desde mi ni?ez, cuando o¨ªamos llorar a lo lejos a cr¨ªas de perro desvalidas y hambrientas, nos daban mucha pena y sal¨ªamos a buscarlas. Una vez recogimos a siete cachorros de una camada abandonada, otra vez, a cuatro. En aquella ¨¦poca no hab¨ªa Internet y lo que funcionaba era el boca a oreja para buscarles familias. Mi madre no par¨® hasta dejarlos a todos en buenas manos. Luego aparecieron los gatos. Cr¨ªas de gatas abandonadas que logr¨¢bamos recoger y domesticar. En una ocasi¨®n mandamos cuatro a Suiza con pasaporte y chip porque all¨ª los quer¨ªan adoptar cuatro familias helv¨¦ticas. Esta vez han sido mi hermana y mi cu?ado los que se han apiadado de una camada de cinco gatos que han desparasitado y se han tra¨ªdo desde Almer¨ªa. En un viaje anterior encontraron otro debajo de un coche que tambi¨¦n recogieron. Ahora pasar¨¢n todo el mes de agosto buscando gente comprometida que quiera adoptar uno.
Las protectoras y los refugios est¨¢n saturados, el panorama es desolador por culpa de esas almas desaprensivas que abandonan a sus mascotas. Afortunadamente, personas como mi hermana, mi cu?ado o mis padres, que encuentran animales desvalidos, los cuidan y crean redes para buscar familias que los adopten y los quieran, tambi¨¦n ayudan a contrarrestar la maldad delictiva de los maltratadores de mascotas.
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