Otra historia que contar
Poder describir alternativamente la realidad ayuda a preservar nuestra libertad
Nuestro acercamiento al mundo y la forma en que lo pensamos suelen apoyarse en las descripciones de las que disponemos. Pero no se precipiten a juzgar mis palabras: no soy una posmoderna. Fue Marx, un radical ilustrado, quien nos ense?¨® que el acto de nombrar ya es en s¨ª mismo transformador. Si a las relaciones de producci¨®n las llamamos ¡°relaciones de explotaci¨®n¡±, estamos haciendo algo m¨¢s que describir el caso; ?estamos llamando a la acci¨®n!
Por eso ahora que incluso el valor de la verdad, como algo a lo que debemos aspirar, ha dejado de ser el punto de referencia en la disputa pol¨ªtica, resulta especialmente relevante el discurso pronunciado por Obama celebrando la ejemplaridad de la vida de Mandela. Porque al contarnos su historia, redescribe el mundo, mostr¨¢ndolo desde otro horizonte. No es casual que el primer combate de los s¨¢trapas se libre siempre contra la imaginaci¨®n, pues poder describir alternativamente la realidad ayuda a preservar nuestra libertad.
El influjo de Madiba era tan brillante, nos cuenta Obama, que a finales del siglo XX su visi¨®n progresista y democr¨¢tica ¡°estableci¨® los t¨¦rminos del debate pol¨ªtico internacional¡±. Fue as¨ª, por ejemplo, con la igual dignidad de todos como principio universal frente al tribalismo reinante, o con su mirada a la democracia desde la complejidad frente a aquellos que la reducen, ayer y hoy, al mero hecho de votar. Al regalarnos la posibilidad de observar la realidad de otra manera, nos obliga a preguntarnos d¨®nde estamos, desde qu¨¦ lugar debatimos nuestros dilemas, qu¨¦ fantasmas azuzan nuestros miedos o espolean nuestros valores.
Los c¨ªnicos dir¨¢n que son solo palabras bonitas, incapaces de destruir las viejas injusticias. Y sin embargo, revelan su contraste con el mundo de la ret¨®rica brutal de los aut¨®cratas. Si es verdad, como dice Obama, que hay en disputa dos visiones enfrentadas sobre ¡°qui¨¦nes somos y qui¨¦nes debemos ser¡±, m¨¢s vale apuntarnos a aquella que prescinde de cualquier antagonismo existencial, la que nos abre una peque?a puerta a la esperanza (si quieren, a la utop¨ªa), la que, en definitiva, nos permite pensar lo que hay a la luz de lo que podr¨ªa ser. @MariamMartinezB
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.