Emergencia
La crisis migratoria exige m¨¢s medios y un replanteamiento de las pol¨ªticas
Cuando no se hacen los deberes a tiempo, luego solo cabe improvisar. Hac¨ªa mucho que las entidades humanitarias y los observadores advert¨ªan de que el sellado de las rutas oriental y central del Mediterr¨¢neo provocar¨ªa un aumento de las llegadas por la ruta occidental, que tiene su epicentro en Marruecos. La presi¨®n migratoria es un fen¨®meno constante y las rutas son vasos comunicantes. Si no pueden llegar a Europa por una v¨ªa, lo intentar¨¢n por otra. As¨ª ha sido. Este mes de julio Espa?a ha superado a Italia en el n¨²mero total de inmigrantes llegados por mar. Frontex, la agencia europea de vigilancia de fronteras, estima que hasta el 15 de julio hab¨ªan llegado a Espa?a 18.016 personas, un 114% m¨¢s que en 2017 y un 170% m¨¢s que en 2016.
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/elpais/2018/07/12/opinion/1531421277_932361.html
Estas llegadas, que se han intensificado en las ¨²ltimas semanas, han desbordado por completo los precarios sistemas de acogida. Las cifras no deben llevar al alarmismo, pues est¨¢n muy lejos de las que provocaron la grave crisis de 2015 en Europa y son todav¨ªa manejables. Lo que hace que sean preocupantes es la falta de dispositivos para gestionar la acogida y la posterior tramitaci¨®n de las posibles expulsiones. La progresi¨®n de las cifras exig¨ªa un plan que permitiera acoger a los rescatados en el mar de manera adecuada y respetuosa con los derechos humanos. Pero la falta de previsi¨®n del anterior Gobierno ha agravado las consecuencias.
Ahora es preciso destinar con urgencia los medios necesarios, tanto para una acogida humanitaria y acorde a derecho, como para la protecci¨®n de la frontera. Es preciso que en el dise?o de este plan el Gobierno cumpla los compromisos que adquiri¨®: revisar la pol¨ªtica de devoluciones en caliente y eliminar las concertinas. El asalto de 850 inmigrantes a las vallas de Ceuta, que se produjo de forma concertada y con una determinaci¨®n inusitada, puso de manifiesto que la existencia de esas cuchillas no disuade a los que se mueven impulsados por la desesperaci¨®n. Lo ¨²nico que hace es causar da?o y agravar las consecuencias del salto. Deben utilizarse otros medios para frenar esos intentos. A la vista de lo ocurrido el jueves, parece que las fuerzas de contenci¨®n destinadas a la zona eran claramente insuficientes para contener una avalancha de esa magnitud.
Tan importante como reforzar la vigilancia, y habilitar espacios para dar una acogida digna a los migrantes mientras permanezcan a la espera de que se decida sobre su situaci¨®n, es articular un mecanismo que permita repartir entre las diferentes comunidades aut¨®nomas el esfuerzo necesario para gestionar la emergencia. La respuesta no debe recaer ¨²nicamente sobre Andaluc¨ªa. Y el mismo planteamiento cabe respecto del conjunto de la UE. Es evidente que el destino de los que llegan no es espec¨ªficamente Espa?a, sino Europa. Este no es un problema de Espa?a, sino de Europa. Y el hecho de que ahora sea nuestro pa¨ªs el que tiene la mayor presi¨®n migratoria debe llevar al presidente del Gobierno a persistir en su pol¨ªtica de exigir una respuesta concertada de toda la Uni¨®n. El presidente debe dar prioridad a impulsar esa acci¨®n concertada demostrando al mismo tiempo que existe una forma de gestionar el problema radicalmente distinta a como lo ha hecho Italia.
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