Los taxistas y nosotros
Es dif¨ªcil no albergar simpat¨ªa por el aumento de la competencia. Pero, atenci¨®n, tiene l¨ªmites y puede ser enga?osa
Ante la protesta de los taxistas contra los despliegues de Uber y otros VTC (veh¨ªculos de transporte con conductor), los ciudadanos oscilan entre dos polos opuestos.
Uno es solidarizarse con los taxistas. Aunque nunca con su sector cafre y violento, que la semana pasada dio la nota en Barcelona. Motivos: son trabajadores sometidos a largos horarios, muchas veces han adquirido como aut¨®nomos sus licencias a precio de oro, no deber¨ªan ser pasto del intrusismo oportunista a cargo de desconocidos de ¨²ltima hora.
Las Administraciones suelen hacerse eco de esa reacci¨®n (Gobierno, Govern, Ayuntamiento de Barcelona, Autoridad Metropolitana). Por motivos puros. O espurios: porque los taxistas pueden liarla gorda y colapsar una ciudad.
La otra reacci¨®n es muy propia del consumidor: m¨¢s operadores significa m¨¢s competencia, que abarata precios. Esto es tanto m¨¢s agradable en un sector con rincones hist¨®ricos corporativistas, aderezados de abusos y autoprotecciones peligrosas.
Los entes reguladores, como la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia, apoyan esta visi¨®n. Por eso impugnan las regulaciones de cualquier Administraci¨®n, reput¨¢ndolas de restrictivas para la competencia.
Es dif¨ªcil no albergar simpat¨ªa por el aumento de la competencia que trae la llegada de nuevos actores. Pero, atenci¨®n, tiene l¨ªmites y puede ser enga?osa.
El l¨ªmite principal es que se trata de un servicio p¨²blico, aunque lo dispense el sector privado. No es un puro mercado, requiere un orden, ciertos equilibrios (entre oferta y demanda). El enga?o se comprende f¨¢cilmente reduciendo la ecuaci¨®n al absurdo: ?libertad total de acceso a todos? Centenares de miles de conductores, ?bajar¨ªan precios o abocar¨ªan al caos y a m¨²ltiples ruinas?
Otro l¨ªmite debe ser la exigencia de garant¨ªas iguales para servicios equivalentes: tax¨ªmetros, seguros, medios de pago, registros, transparencia, impuestos, protecci¨®n del veh¨ªculo...
El Tribunal Supremo se ha alineado con tino en el enfoque aperturista, pero receloso del ultraliberalismo: en junio apoy¨® alguna reclamaci¨®n de Uber y compa?¨ªa, pero valid¨® la proporci¨®n de 1 VTC por cada 30 taxis; y la exigencia de que aquellos desarrollen el 80% de sus servicios en la autonom¨ªa donde se domicilian.
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