Una Europa con futuro
La inmigraci¨®n y el federalismo son las mejores estrategias para mantener el santuario europeo de derechos y libertades. La uni¨®n fiscal y un presupuesto com¨²n son las condiciones ¡®sine qua non¡¯ para garantizar la sostenibilidad de la eurozona
Cuando hace poco le pregunt¨¦ a un amigo latinoamericano qu¨¦ sinti¨® cuando lleg¨® a Europa por primera vez, me dijo, sin dudarlo, ¡°el principio de igualdad que se respira en el ambiente¡±. ¡°Con todos sus problemas¡±, prosigui¨®, ¡°Europa es un santuario, un lugar al que se acude en busca de refugio y paz¡±. Para aquellos que observan nuestro continente desde lugares donde la desigualdad, la violencia y el crimen son el pan de cada d¨ªa para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, el paisaje dist¨®pico que pinta la ultraderecha h¨²ngara, sueca o italiana de una Europa insegura y en descomposici¨®n merced a la inmigraci¨®n debe resultar insultante por simple comparaci¨®n. ?C¨®mo hacer entender al conjunto de la opini¨®n p¨²blica del continente que merece la pena trabajar por preservar este excepcional santuario de derechos, libertades y oportunidades en peligro de extinci¨®n, no por la inmigraci¨®n, sino por la reacci¨®n a esta? La receta, plantean los m¨¢s atrevidos, pasa por conjugar inmigraci¨®n y federalismo: acoger a m¨¢s personas y convertir la Uni¨®n Europea en los Estados Unidos de Europa.
Otros art¨ªculos de la autora
Hace unas semanas era noticia la confirmaci¨®n del declive demogr¨¢fico que sufre Espa?a desde 2015. Poco a poco, la pir¨¢mide poblacional se va invirtiendo. La tendencia es la misma en el resto de Europa donde la natalidad media est¨¢ por debajo de la tasa de reposici¨®n y se va extendiendo al resto del mundo. En ese contexto, pregunta el acad¨¦mico holand¨¦s Leo Klinkers, consciente de lo que puede parecer una provocaci¨®n para muchos: ?por qu¨¦ no atraer 500 millones de inmigrantes a Europa? Citando los informes demogr¨¢ficos de Naciones Unidas, Klinkers concluye que, para 2100, Europa representar¨¢ apenas un 4% de la poblaci¨®n mundial frente al 20% que representaba en 1900.
Dado que el volumen de poblaci¨®n tiene implicaciones geopol¨ªticas, argumenta, Europa carecer¨¢ de m¨²sculo econ¨®mico y pol¨ªtico para defender sus intereses comerciales y hacer valer principios universales como la lucha contra el cambio clim¨¢tico o la desigualdad, quedando relegada a una posici¨®n marginal en el mundo. Adem¨¢s de garantizar un lugar para Europa, un trasvase controlado de habitantes de estas proporciones ayudar¨ªa a redistribuir la poblaci¨®n en t¨¦rminos globales, atajando la superpoblaci¨®n que sufren otras regiones.
No deber¨ªa hacer falta otra guerra para desmontar el discurso reaccionario y xen¨®fobo
¡°O Europa se convierte en una comunidad federal o no contar¨¢ en el mundo¡±, dec¨ªa el papa Francisco en una entrevista en el diario italiano La Repubblica el a?o pasado. Son cada vez m¨¢s las voces que mantienen que Europa ser¨¢ federal o no ser¨¢. Para los autores de The European Federalist Papers (2012), entre ellos Klinkers, el futuro del continente debe inspirarse parcialmente en el modelo hist¨®rico de Estados Unidos: una sociedad hecha de inmigrantes procedentes de todo el mundo que, en lo pol¨ªtico, opt¨® por una constituci¨®n federal que, con todas sus imperfecciones, permiti¨® a ese vasto territorio dotarse de una administraci¨®n democr¨¢tica s¨®lida y una identidad pol¨ªtica aglutinadora y convertirse en potencia mundial. La idea de una Europa federal subyace al discurso europe¨ªsta desde sus or¨ªgenes, pero nunca ha terminado de ver la luz. La Uni¨®n de Federalistas Europeos aboga por llamar cuanto antes a una Convenci¨®n constitucional de la que participen parlamentarios europeos y nacionales, la Comisi¨®n y los Gobiernos que as¨ª lo deseen para redactar una nueva carta magna europea que ¡°establezca un gobierno federal con un poderoso secretario del Tesoro para la uni¨®n fiscal y econ¨®mica¡±.
La uni¨®n fiscal y un presupuesto com¨²n son las condiciones sine qua non que desde hace a?os plantean economistas como Michel Aglietta, Bernard Barthalay y otros para garantizar la sostenibilidad de la eurozona. Ahora bien, ambas cosas son impensables, plantean, fuera de ¡°un sistema com¨²n de gobierno federal pleno, constitucional, democr¨¢tico y soberano¡± y un nuevo contrato social o new deal europeo.
En los tiempos actuales, el sue?o federal puede parecer ingenuo y lejano y, frente al discurso xen¨®fobo y antieurope¨ªsta, su lenguaje puede resultar complejo. Conviene recordar entonces que Altiero Spinelli y Ernesto Rossi escribieron su famoso manifiesto federalista europeo en la prisi¨®n de Ventotene en los a?os m¨¢s oscuros del siglo XX y con pocos visos de que sus ideas se materializasen. Ciertamente, no se han cumplido del todo, pero se dio un paso importante al crearse las Comunidades Europeas y m¨¢s tarde la Uni¨®n Europea.
?C¨®mo pretende el grupo de Visegrado atajar el invierno demogr¨¢fico que se cierne sobre sus pa¨ªses?
No deber¨ªa hacer falta otra guerra para desmontar el discurso reaccionario y xen¨®fobo que se extiende por Europa y que lleva a pensar a cada vez m¨¢s ciudadanos que es deseable y posible cerrar fronteras y regresar a un supuesto conjunto de Estados-naci¨®n cultural y ¨¦tnicamente homog¨¦neos. Deber¨ªa bastar con se?alar la inconsistencia de semejante imaginario. Sin ir m¨¢s lejos, ?c¨®mo pretenden los l¨ªderes del grupo de Visegrado atajar el invierno demogr¨¢fico que se cierne sobre sus pa¨ªses? ?Forzando a generaciones de mujeres aut¨®ctonas a tener tantos hijos como sea necesario para asegurar la tasa de reposici¨®n? ?Anexionando territorios contiguos o de ultramar? En lugar de la imagen de un continente dominado por los minaretes de un islam intransigente con la que azuzan el miedo de sus votantes, habr¨ªa que recordarles que, con sus pol¨ªticas, es m¨¢s probable una Europa de pueblos abandonados y ciudades en decadencia. Un continente que terminar¨¢ obligando a sus escasos j¨®venes a emigrar a otras regiones del mundo en busca de mejores perspectivas. ?Es esa la Europa que anhelan?
Los europeos debemos elegir bien d¨®nde ponemos la inteligencia y la energ¨ªa pol¨ªtica en las d¨¦cadas que vienen. A estas alturas, no se trata de obviar el costoso reto que supone repensar la econom¨ªa europea, de negar el enorme desaf¨ªo de la integraci¨®n de culturas diferentes o de minimizar la amenaza del radicalismo yihadista, pero s¨ª de entender que optar por acoger e integrar m¨¢s inmigrantes y trabajar por una federaci¨®n europea no es solo cuesti¨®n de idealismo, sino de pragmatismo. El futuro de Europa no es responsabilidad exclusiva de las instituciones europeas y nacionales. Tambi¨¦n lo es de los ciudadanos europeos que, somos, en ¨²ltima instancia, los depositarios de la soberan¨ªa de la Uni¨®n y que, con todas sus limitaciones, tenemos instrumentos a nuestro alcance para reclamar y actuar por una Europa con futuro.
Pensemos, por ejemplo, en la Iniciativa Ciudadana Europea como una oportunidad para iniciar un golpe de tim¨®n en el curso de la Uni¨®n: un mecanismo poco conocido que permite plantear propuestas legislativas a las que la Comisi¨®n debe dar seguimiento cuando superan un mill¨®n de firmas.
Olivia Mu?oz-Rojas es doctora en Sociolog¨ªa por la London School of Economics e investigadora independiente. Su blog es www.oliviamunozrojasblog.com.
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