Frente a los nacionalismos excluyentes
La obsesi¨®n de la inmigraci¨®n est¨¢ borrando las fronteras ideol¨®gicas y pol¨ªticas entre la derecha tradicional y los partidos de extrema derecha populista. Solo Espa?a, Portugal, Irlanda y Grecia quedan de momento fuera del ojo del hurac¨¢n
Ser¨ªa un grav¨ªsimo error subestimar el significado de lo que est¨¢ pasando en el tablero europeo, con la crisis de direcci¨®n pol¨ªtica de Europa y el auge del rechazo a la inmigraci¨®n. No es ni m¨¢s ni menos que la victoria ideol¨®gica de la extrema derecha sobre la derecha europea, con el tel¨®n de fondo de la despiadada pol¨ªtica de austeridad de la ¨²ltima d¨¦cada, que ha ensangrentado a las sociedades europeas. El ejemplo m¨¢s escalofriante es Francia, donde el dirigente de la derecha neogaullista, Laurent Wauquiez, asume sin complejo la totalidad del discurso de Marine Le Pen y est¨¢ decidido a hacer de la inmigraci¨®n el tema central de las pr¨®ximas elecciones europeas. Y, de hecho, todo indica que estas elecciones, en junio de 2019, cuya preparaci¨®n ya ha comenzado, girar¨¢n en torno a dos preguntas centrales: saber si la crisis actual de Europa se solucionar¨¢ con la profundizaci¨®n de la Uni¨®n, por lo menos entre los pa¨ªses de la zona euro o si, bajo el signo del pragmatismo defensivo vigente, se impondr¨¢ una mera cooperaci¨®n intergubernamental sin otro objetivo que evitar la implosi¨®n de Europa.
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La segunda pregunta, intr¨ªnsecamente vinculada a la primera, y que hoy se est¨¢ potenciando irracionalmente, es la inmigraci¨®n. No se puede hablar con serenidad sobre este fen¨®meno, escandalosamente manipulado por ciertos medios de comunicaci¨®n y la extrema derecha, y presentado como una amenaza existencial sobre Europa. Con c¨¢maras y periodistas en las embarcaciones de los que intentan atravesar el mar, se transforma a acontecimientos poco significativos en una permanente marea humana televisiva. Una invasi¨®n. De ah¨ª, temor de la ¡°opini¨®n p¨²blica¡±, m¨¢s gasolina para la extrema derecha, cuando, en realidad, ha habido una reducci¨®n considerable de los flujos durante estos ¨²ltimos tres a?os, lo que no significa, evidentemente, la inexistencia de la demanda migratoria.
Estos dos temas, econ¨®mico y migratorio, est¨¢n amenazando hacer estallar el proyecto europeo, pues la crisis actual los vincula irreductiblemente. La obsesi¨®n de la inmigraci¨®n est¨¢ borrando progresivamente las fronteras ideol¨®gicas y pol¨ªticas entre la derecha conservadora tradicional y los partidos de extrema derecha populistas, del mismo modo que, en los a?os treinta del siglo pasado, sus predecesores utilizaban como chivos expiatorios a jud¨ªos, masones, gitanos y comunistas, siempre con la misma soluci¨®n: exclusi¨®n y nacionalismo agresivo.
El temor a los que vienen de fuera es el precio de la crisis social provocada por la gesti¨®n ultraliberal
Gran parte de los pa¨ªses europeos conllevan ya gobiernos de coalici¨®n (o con apoyos parlamentarios) de la derecha y la extrema derecha: Italia, Austria, Hungr¨ªa, Eslovaquia, Polonia, Dinamarca, Bulgaria y Finlandia. Solo Espa?a, Portugal, Irlanda y Grecia quedan de momento fuera del ojo del hurac¨¢n. Del mismo modo que la derecha francesa, en Alemania, la CSU, socio de la CDU de Angela Merkel y que acaba de ganar la pugna frente a la canciller, articula sobre los refugiados, con diferentes palabras, el mismo programa que el expuesto por el movimiento neonazi AFD.
El resultado de tal victoria es la autorizaci¨®n de devoluciones de peticionarios de asilo e inmigrantes a Austria ¡ªen clara violaci¨®n de los acuerdos de Dubl¨ªn¡ª o la derivaci¨®n de los mismos a otros pa¨ªses. Austria, que ya desde 2015 hab¨ªa casi cerrado sus fronteras, promete expulsarlos (?ad¨®nde?).
Esta estampida desembocar¨¢ inevitablemente en el cierre de las fronteras internas de la Uni¨®n, el cese de los movimientos ¡°secundarios¡± (los que entran legalmente en un pa¨ªs se dirigen hacia otro, pero son rechazados y tienen que volver al pa¨ªs de llegada) y fracturas de la Uni¨®n en tres partes: pa¨ªses del este (grupo de Visegrad); conjunto Italia-Austria-Alemania, y eje en torno a Espa?a, Francia, Portugal y Grecia. Los pa¨ªses del este, que no han acogido ni a un solo refugiado, practican, bajo los ojos consternados de la Comisi¨®n Europea, una pol¨ªtica xen¨®foba en flagrante contradicci¨®n con todos los valores y principios de la Uni¨®n.
?Imaginemos lo que significar¨ªa una victoria de todos estos pa¨ªses en el Parlamento Europeo!
La contienda de las pr¨®ximas europeas, luego, ser¨¢ decisiva. Si gana la alianza ideol¨®gica, a veces disimulada, de las fuerzas conservadoras y de la extrema derecha populista, el proceso actual de renacionalizaci¨®n provocar¨¢ imparablemente conflictos internos en la Uni¨®n Europea, siendo esta el objetivo fundamental de la extrema derecha, manipulando el fantasma de la inmigraci¨®n.
Hay que combatir el discurso manipulador que se est¨¢ apoderando del imaginario europeo
Frente a este peligro, es imprescindible entender que el temor delante de la inmigraci¨®n no es producto de una xenofobia cong¨¦nita de la opini¨®n p¨²blica, sino el precio que se paga por la profunda crisis social provocada por la gesti¨®n ultraliberal de la econom¨ªa europea. Es necesario abogar, a escala europea, por una pol¨ªtica de crecimiento m¨¢s all¨¢ del pacto de estabilidad para crear empleos a los millones de parados, precariados, excluidos; por un presupuesto de la zona euro para el desarrollo y la cohesi¨®n europea; por mantener un euro realista con, por lo menos, participaci¨®n pol¨ªtica en la orientaci¨®n del Banco Central y por la mutualizaci¨®n de las deudas para aliviar a los pa¨ªses m¨¢s fr¨¢giles. La seguridad econ¨®mica condiciona estructuralmente la seguridad ideol¨®gica de la ciudadan¨ªa.
Hay que combatir sin cuartel el discurso falso, manipulador y demag¨®gico que se est¨¢ apoderando del imaginario colectivo europeo, creando una interpretaci¨®n ficticia de la realidad, pues con una poblaci¨®n global superior a 500 millones de habitantes, s¨®lo han entrado de modo ilegal a la UE 200.000 personas durante 2017, entre las cuales muchas son verdaderos refugiados.
Lejos de hacernos caer en la paranoia, la demanda migratoria debe ser respondida tanto con una reforma de los criterios del sistema Dubl¨ªn como, urgentemente, con una financiaci¨®n europea suficiente para afrontar el tratamiento de las peticiones de asilo actualmente atascadas en los enjambres administrativos.
Por otro lado, resulta m¨¢s necesaria que nunca la renovaci¨®n de la pol¨ªtica de cooperaci¨®n al desarrollo para estabilizar a las poblaciones en sus pa¨ªses de origen. Este es el gran proyecto que urge construir en com¨²n. Y, en todo, defender la idea de pol¨ªtica com¨²n europea frente al retorno de los nacionalismos excluyentes.
Sami Na?r es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas.
elpulsodelmundo.com
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