¡®Los Incre¨ªbles¡¯ |?Qu¨¦ bonito es ser un superpadre!
Disfrutemos el momento, porque cada vez estaremos m¨¢s de capa ca¨ªda y nunca nos admirar¨¢n m¨¢s
Con Los incre¨ªbles 2, he vuelto a disfrutar con esta familia de superh¨¦roes. Y de paso, despu¨¦s de pasarme la vida leyendo c¨®mics, he descubierto una evidencia muy bestia.
Hay muy pocos padres en los universos Marvel y DC.
Ya es casualidad que en ciudades llenas de mutantes, extraterrestres superpoderosos y vigilantes muy entrenados (y sus respectivos enemigos igual de extraordinarios), sea m¨¢s f¨¢cil encontrar gente que vuele o destruya edificios que personas con sus progenitores vivos o que se hayan convertido en padres de familia.
Lo normal es que estos familiares est¨¦n muertos, convenientemente asesinados para despertar la t¨ªpica vocaci¨®n de luchar contra el crimen. Pensemos en los padres de Batman, a los que hemos visto morir en incontables pel¨ªculas, series y c¨®mics. Eran ricos, filantr¨®picos y cari?osos. Si en vez de atajar por un callej¨®n peligroso hubieran ido por la Gran V¨ªa iluminada, el joven Bruce habr¨ªa tenido una vida f¨¢cil, habr¨ªa estudiado en ESADE, gestionar¨ªa las empresas familiares y jugar¨ªa a p¨¢del.
Casi todos los iconos tienen un trauma familiar. (Vale que Superman creci¨® en Smallville con los amorosos y adoptivos padres Kent, pero ven¨ªa de ver explotar a los suyos y a todo su planeta). Y quiz¨¢ por eso, y porque los adolescentes no quieren leer sobre c¨®mo cambian pa?ales sus h¨¦roes, pocos justicieros se convert¨ªan en padres de familia.
Los 4 fant¨¢sticos y algunos de los X-Men fueron durante a?os la ¨²nica resistencia familiar de los c¨®mics, pero en los ¨²ltimos a?os, el panorama ha cambiado.
Los tres personajes m¨¢s conocidos (Superman, Batman y Spiderman) ya son padres, quiz¨¢ porque una gran masa de sus lectores, los que crecimos con ellos y seguimos comprando, tambi¨¦n lo somos.
Superman y Lois Lane por fin tienen un Superboy.
Batman descubri¨® que su enemiga Talia, la hija de Ra¡¯s Al Ghul, le hab¨ªa dado un Robin de su propia sangre, el agresivo Damian.
Y el amigo y vecino Spiderman, en la colecci¨®n alternativa Renueva tus votos, sigue casado con Mary Jane y tienen una hija con poderes ar¨¢cnidos.
Poco a poco pero por fin, los guionistas exploran los conflictos y las aventuras derivadas de educar a una personita, tenga o no superpoderes, del dilema de elegir entre el trabajo (la oficina o salvar la ciudad, el mundo o el universo) y estar con los tuyos, o de ser un buen modelo cuando faltan referentes (si te has criado con tu vieja t¨ªa May o Alfred el mayordomo).
Y mientras esas historias se van escribiendo, nos toca a nosotros ser los superh¨¦roes low cost para nuestros hijos.
Yo ni tengo abdominales ni Batm¨®vil (m¨¢scara s¨ª, porque he comprado para m¨ª y para la ni?a), pero vigilo a mi hija cuando duerme, la defiendo de los malhechores del parque que tiran arena a los ojos, y le ense?o a respetar la ley y el orden.
Para ella, no hay mejor h¨¦roe.
Disfrutemos el momento, porque cada vez estaremos m¨¢s de capa ca¨ªda y nunca nos admirar¨¢n m¨¢s.
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