T¨¢nger, regreso al futuro
Es una de las ciudades m¨¢s m¨ªticas del planeta. Por ella pasaron romanos y fenicios, jud¨ªos y cristianos, esp¨ªas e intelectuales. Tras a?os de abandono, el rey Mohamed VI ha apostado por ella como s¨ªmbolo del nuevo Marruecos.
BLANCA, de un cielo azul intenso y un mar casi negro, lugar de paso entre Europa y ?frica, T¨¢nger hechiza. Esta ciudad m¨ªtica se encuentra hoy en plena eclosi¨®n econ¨®mica y demogr¨¢fica buscando la modernidad sin perder su identidad, fruto de una historia milenaria, de su crisol de lenguas y culturas, del respeto mutuo a todas las creencias y religiones. Poco a poco, T¨¢nger va curando sus heridas despu¨¦s de tantos a?os de humillaci¨®n pol¨ªtica y abandono econ¨®mico.
Tras la independencia del pa¨ªs en 1956, la ciudad perdi¨® su Estatuto Internacional y con ello sus privilegios. Repudiada y olvidada por los nuevos gobernantes, sobre todo por el anterior monarca, Hassan II, T¨¢nger fue precipit¨¢ndose hacia el abismo tocando fondo en las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo pasado, donde fue gestando su leyenda negra.
Si a lo largo del siglo XIX los orientalistas Delacroix, Fortuny o Tapir¨® se sintieron fascinados por su luz, 100 a?os m¨¢s tarde, fueron atra¨ªdos por sus tinieblas algunos escritores malditos de la generaci¨®n beat, como Burroughs, Kerouac o Ginsberg, en busca de la vida libertina que por aquellos a?os les brindaba la ciudad. Mohamed Chukri, escritor marroqu¨ª que con 21 a?os aprendi¨® a leer y escribir de la mano de Paul Bowles, su mentor, describe en su obra autobiogr¨¢fica El pan a secas esta ¨¦poca oscura de alcohol, drogas y prostituci¨®n infantil.
Nada queda de la hermosa avenida de Espa?a y su paseo con palmeras tra¨ªdas de Elche, ni de los viejos balnearios
Desde su acceso al trono en 1999, el rey Mohamed VI ha puesto su mirada en T¨¢nger. La ciudad es hoy el ejemplo vivo de un Marruecos en crecimiento y la regi¨®n se desarrolla y globaliza a una velocidad de v¨¦rtigo. Atr¨¢s ha quedado el sue?o fara¨®nico de unir los dos continentes a trav¨¦s de un t¨²nel submarino construido bajo el estrecho de Gibraltar. Hoy son los proyectos industriales, urbanos, tur¨ªsticos y culturales, conocidos como T¨¢nger-Med, T¨¢nger Marina Bay, T¨¢nger City Center y T¨¢nger M¨¦tropole, los que se han hecho realidad. Esta iniciativa gubernamental abierta a la inversi¨®n extranjera es la gran esperanza para muchos j¨®venes cuyo ¨²nico futuro resid¨ªa hasta ese momento en una llamada a la emigraci¨®n. Durante el periodo estival, miles de marroqu¨ªes regresan de vacaciones y su paso natural por el puerto de T¨¢nger, hasta ayer peque?o y estrangulado, hac¨ªa que se viese triplicada su poblaci¨®n. Con la construcci¨®n del nuevo enclave portuario T¨¢nger-Med, destinado al tr¨¢nsito de mercanc¨ªas, veh¨ªculos y pasajeros por el Estrecho, se ha logrado descongestionar la urbe y desarrollar el proyecto T¨¢nger Marina Bay, que ha transformado y ampliado el viejo puerto para recuperar su conexi¨®n con la ciudad. Los nuevos muelles, con capacidad para recibir simult¨¢neamente tres grandes cruceros de ¨²ltima generaci¨®n y hasta 1.400 amarres para embarcaciones deportivas y de recreo, dispondr¨¢ en breve de una gran oferta tur¨ªstica que abarca la construcci¨®n de nuevos hoteles, restaurantes y centros comerciales, espacios culturales y de ocio, as¨ª como zonas residenciales y oficinas de alto nivel que se extender¨¢n a todo lo largo del paseo mar¨ªtimo y su bah¨ªa de arena dorada.
Destaca la actuaci¨®n que se ha hecho sobre la explanada de la muralla, situada a las puertas de la medina, un callej¨®n sin salida del paseo mar¨ªtimo que hasta la reciente construcci¨®n de la carretera de la costa era un aparcamiento de camiones y contenedores. La liberaci¨®n de este espacio, respetando la antigua aduana bajo el hotel Continental, ha convertido esta plataforma en un nuevo f¨®rum urbano. El estudio de arquitectura Espin¨¤s i Tarras¨®, de Barcelona, fue el responsable de esta transformaci¨®n. Para la arquitecta Olga Tarras¨®, ¡°el objetivo de estas actuaciones ha sido poner en valor el conjunto de elementos arquitect¨®nicos existentes, como son las murallas, rampas y bastiones, habilitando la oculta Puerta de la Marina (Bab Marsa) para recuperar la antigua esencia de este lugar¡±. Lamentablemente, otras actuaciones contempladas en el proyecto global no se han visto respetadas y los cambios sufridos han ido desfigurando el paisaje urbano de esta parte de la ciudad, hoy casi irreconocible para muchos viejos tangerinos que han visto desaparecer muchos de los s¨ªmbolos de su pasado cosmopolita: nada queda de la hermosa avenida de Espa?a y su paseo flanqueado de palmeras tra¨ªdas de Elche, ni los viejos balnearios como el Miramar, Neptuno, Mistral, Hoteles Asociados o la gran torre de vigilancia, verdadero icono de la ciudad. Tambi¨¦n ha desaparecido el Club Gandori, en cuyo terreno se han edificado residencias de lujo para los nuevos inversores llegados de Europa y del golfo P¨¦rsico.
Gandori fue una propiedad del Estado espa?ol. En ¨¦l tuvo su sede social el Nuevo Club, con instalaciones adecuadas para la pr¨¢ctica del tiro a pich¨®n. En fechas en que se toleraba el juego aunque estuviese legalmente prohibido, el club dispon¨ªa de ruleta y bacarr¨¢, d¨¢ndose la paradoja de ser Espa?a la propietaria de las mesas de juego, en definitiva, de un casino de juego clandestino. Con la independencia el club cerr¨® sus puertas, aunque el local sigui¨® funcionando como bar y restaurante de pescado fresco.
Particularmente atractivo para los inversores extranjeros ha sido el proyecto inmobiliario T¨¢nger City Center. En 2006 y bajo la direcci¨®n de los arquitectos Jos¨¦ Segu¨ª y Guillermo Fern¨¢ndez, el Estudio Segu¨ª, Arquitectura y Planeamiento, con sede en M¨¢laga y Madrid, se hizo cargo de su dise?o. Para Jos¨¦ Segu¨ª, ¡°el objetivo principal de la propuesta fue crear una nueva centralidad en la ciudad, localizada junto a la estaci¨®n del ferrocarril y conectada con el puerto a trav¨¦s del paseo mar¨ªtimo como elemento vertebrador, con el fin de ordenar sus nuevas ¨¢reas de extensi¨®n comercial y tur¨ªstica¡±. En este conjunto urbano se han levantado hoteles de lujo, un gran centro comercial y un Palacio de las Artes todav¨ªa en construcci¨®n.
Pero no todo en T¨¢nger ha sido pasto de las excavadoras. Se ha conservado y rehabilitado Villa Harris, un frondoso parque con palacete incluido de gran inter¨¦s paisaj¨ªstico y patrimonial. Otra propiedad que se ha salvado de la ruina es Villa Aidonia, una mansi¨®n con torre de defensa que Ion Perdicaris construy¨® en el espectacular bosque comunal que lleva su nombre. Este rico americano de origen griego pas¨® a la historia cuando en 1904 fue secuestrado por El Raisouni, mezcla de guerrero, se?or feudal y bandolero. El presidente Roosevelt envi¨® la VI Flota a T¨¢nger y el mundo entero se interes¨® por las negociaciones. Perdicaris fue finalmente liberado tras pagarse un fuerte rescate.
El palacio de la antigua Asamblea se ha convertido en lugar de recepci¨®n del cuerpo diplom¨¢tico acreditado en el pa¨ªs
Una de las claves de la gestaci¨®n de todos estos cambios lleg¨® en 2005 con el nombramiento de Mohamed Hassad como gobernador de T¨¢nger. A este antiguo alto funcionario de Marrakech hay que atribuirle el m¨¦rito de la metamorfosis que ha experimentado la ciudad. Una de sus primeras iniciativas y visualmente m¨¢s impactantes fue la transformaci¨®n de los viejos cementerios musulm¨¢n y cristiano, situados junto a los jardines de la Mendoub¨ªa, en un gran parque p¨²blico, conserv¨¢ndose algunas l¨¢pidas y tumbas como testimonio de su primitivo uso. La Mendoub¨ªa, situada junto al Zoco Grande, ha tenido a lo largo del tiempo diversos inquilinos. Durante el periodo internacional de la ciudad (1923-1956) fue residencia oficial del Mendoub, representante del sult¨¢n ante las potencias extranjeras que la administraban: Francia y Espa?a principalmente, junto con Reino Unido, B¨¦lgica, Holanda, Italia, Estados Unidos y Portugal. Anteriormente hab¨ªa sido legaci¨®n de Alemania, recibiendo en 1905 al k¨¢iser Guillermo II en una visita que provoc¨® la crisis internacional que dio lugar un a?o despu¨¦s a la Conferencia de Algeciras, antesala del Estatuto de T¨¢nger y de los protectorados franc¨¦s y espa?ol sobre Marruecos. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, tropas espa?olas acuarteladas en Tetu¨¢n y al mando del general Yuste ocuparon la ciudad (1940-1945), ocasi¨®n que aprovech¨® Alemania para recuperar su legaci¨®n, convirtiendo este consulado en centro de propaganda y nido de esp¨ªas nazis cuya misi¨®n era vigilar el tr¨¢fico de los buques aliados que atravesaran el Estrecho.
El barrio del Marshan tambi¨¦n ha podido escapar de la especulaci¨®n urban¨ªstica gracias al inter¨¦s del monarca por adecuar el palacio de la antigua Asamblea Legislativa de T¨¢nger como lugar de recepci¨®n del cuerpo diplom¨¢tico acreditado en Marruecos, recuperando de un modo simb¨®lico el car¨¢cter de capital diplom¨¢tica que tuvo. Sin embargo, el estadio de f¨²tbol construido en 1939 por el ingeniero espa?ol Jos¨¦ Ochoa Benjumea no ha tenido la misma suerte y ha sido demolido. De ¨¦l solo quedan a modo de testimonio los arcos de la puerta de entrada.
El inter¨¦s tur¨ªstico de esta parte de la ciudad se centra en una necr¨®polis p¨²nico-romana de gran importancia, donde fueron exhumadas 98 tumbas, gran parte de ellas talladas en roca junto al acantilado (Hafa). Desde su descubrimiento en 1965, las tumbas fenicias, como popularmente se las conoce, son uno de los lugares m¨¢s frecuentados por su excepcional vista panor¨¢mica sobre el Estrecho. Completa este reclamo el colindante Hafa Caf¨¦, un lugar m¨¢gico de floreadas terrazas y reputado t¨¦ a la menta al que Luis Eduardo Aute dedic¨® una canci¨®n. Desde aqu¨ª puede apreciarse otro de los cambios que m¨¢s ha impactado en los tangerinos, la construcci¨®n de una carretera, en parte ganada al mar, que bordea toda la costa desde el puerto hasta la playa de Merkala, desembocadura natural del r¨ªo Boubana que en este tramo es conocido como Arroyo de los Jud¨ªos, por ser el lugar donde desembarcaban los sefard¨ªes expulsados de Espa?a y Portugal.
A pesar de los esfuerzos de muchas personalidades del mundo de la cultura, encabezadas por Rachid Tafersiti, presidente de la asociaci¨®n Al Boughaz para la conservaci¨®n, rehabilitaci¨®n y defensa del patrimonio, la casba y el resto de la medina (la ciudad antigua) tambi¨¦n han padecido durante d¨¦cadas el abandono de los responsables municipales. Para Tafersiti, el programa T¨¢nger M¨¦tropole es una buena oportunidad para que el lugar recupere sus se?as de identidad: ¡°El nuevo T¨¢nger que se construye hoy supera con creces el sue?o de los tangerinos m¨¢s optimistas. Nuestra finalidad como asociaci¨®n es la de concienciar a las autoridades en favor de un desarrollo respetuoso con el patrimonio. Es importante una catalogaci¨®n oficial de los bienes patrimoniales, que ayudar¨ªa a frenar el apetito de los especuladores. Cuando veo el majestuoso Palacio de las Artes en fase de finalizaci¨®n, empiezo a creer en el renacimiento cultural y social de esta ciudad. T¨¢nger debe seguir siendo ese lugar tolerante y abierto, plural y multicultural, bello y acogedor, sostenible para sus habitantes y atractivo para el visitante¡±.
El recinto amurallado de la medina empieza a recuperar su esplendor con la rehabilitaci¨®n de los bastiones del Polvor¨ªn (Borj Dar al Baroud) y de los Avestruces (Borj Na¡¯am), la reconstrucci¨®n de la torre del pach¨¢ Al¨ª Rifi y la puerta del Descanso (Bab Er-Raha). Precisamente junto a ella se han habilitado unas escaleras que bordeando la muralla exterior descienden hasta el puerto y donde est¨¢ prevista la construcci¨®n de un telef¨¦rico que una la casba con el puerto y con el centro de la ciudad. La idea de un telef¨¦rico para T¨¢nger no es nueva. Ya en 1932, el ingeniero Benjumea propuso a la Administraci¨®n internacional la construcci¨®n de un funicular a¨¦reo que uniera la ciudad con el monte, incluso lleg¨® a publicar su proyecto acompa?ado de un estudio de viabilidad amparado en su potencial tur¨ªstico.
De alg¨²n modo, T¨¢nger est¨¢ reviviendo su pasado cosmopolita. Entre los puntos positivos del renacimiento est¨¢n la llegada de ciudadanos europeos de diferentes pa¨ªses y de migrantes subsaharianos en busca de una oportunidad. Con ellos la ciudad recupera su car¨¢cter multicultural y su diversidad ling¨¹¨ªstica. Por contra, al focalizar su crecimiento ¨²nicamente en inversiones a gran escala, esta r¨¢pida industrializaci¨®n est¨¢ generando precariedad laboral y bajos salarios que no cubren las necesidades b¨¢sicas de una parte de la poblaci¨®n local. Ser¨ªa una verdadera l¨¢stima que este gigantesco esfuerzo solo contribuya a ahondar a¨²n m¨¢s en la brecha social y econ¨®mica, tan caracter¨ªstica de su etapa internacional.
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