Fiscalidad de transici¨®n

En los pr¨®ximos d¨ªas el Gobierno definir¨¢ los fundamentos de su pol¨ªtica fiscal. Deber¨ªa ser la manifestaci¨®n m¨¢s expl¨ªcita de sus postulados, pero la precariedad de apoyos parlamentarios puede obligarle a que su concreci¨®n en un proyecto de Presupuestos no sea precisamente el reflejo fiel de sus intenciones, ni el m¨¢s coherente. Tres premisas deber¨ªan presidir el complejo proceso que ahora se inicia entre el PSOE y los partidos que respaldaron su ascenso a la presidencia.

La primera es el respeto a los compromisos de cumplimiento de las reglas de estabilidad. El Gobierno anterior no lo hizo con los objetivos para 2018 y, aun cuando Espa?a haya salido del procedimiento por d¨¦ficit excesivo, sigue siendo objeto de control estrecho. La flexibilidad adicional que puede lograr este Gobierno deber¨ªa acompa?arse de una senda cre¨ªble de cumplimiento de los objetivos de d¨¦ficit y deuda. La segunda es tratar de que los recursos p¨²blicos pal¨ªen los da?os que la crisis y su gesti¨®n ocasionaron en la poblaci¨®n m¨¢s indefensa, en las partidas expresivas de bienestar, en definitiva. Pero tambi¨¦n en la senda de modernizaci¨®n de la econom¨ªa, en su dotaci¨®n de conocimiento: inversi¨®n p¨²blica en educaci¨®n, en I+D, entre otras. No menos importante es la necesaria recuperaci¨®n de la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas. Para ello, como tercera premisa, se ha de avanzar en la racionalizaci¨®n de la estructura impositiva, procurando una mayor eficiencia y justicia en su distribuci¨®n. La presi¨®n fiscal espa?ola es significativamente m¨¢s baja que la del promedio de la eurozona: en todas las figuras impositivas se generan menos ingresos. Y ello es as¨ª porque las tarifas son menores, son numerosas las deducciones, bonificaciones y desgravaciones que hacen que la recaudaci¨®n final efectiva sea reducida y, por ¨²ltimo, pero no menos importante, porque el grado de evasi¨®n fiscal es mayor que en los pa¨ªses de nuestro entorno. La actividad que se mantiene fuera de control, la denominada econom¨ªa sumergida, sigue siendo tambi¨¦n de las m¨¢s elevadas de Europa.

Es en la tributaci¨®n de las sociedades, de las grandes empresas m¨¢s concretamente, y en las ganancias de capital, donde las diferencias de tributaci¨®n efectiva son m¨¢s importantes. Y, por tanto, donde las elevaciones de impuestos ser¨ªan m¨¢s pertinentes. Ello no debe excluir aquellas otras actuaciones, en estrecha coordinaci¨®n con las actuaciones europeas, que procuren un mayor cumplimiento de las obligaciones fiscales de empresas que actualmente distraen buena parte de sus ganancias. Como las grandes tecnol¨®gicas cuya tributaci¨®n no se corresponde con la generaci¨®n de ingresos y beneficios en Europa. O las que contribuyan a los objetivos comprometidos en la lucha contra el cambio clim¨¢tico.

Esos deber¨ªan ser denominadores comunes del conjunto de los partidos pol¨ªticos, no solo de los que apoyaron la investidura de S¨¢nchez, para un a?o en el que la complicidad del entorno econ¨®mico y financiero ser¨¢ menor que en los precedentes. No es probablemente la fiscalidad ¨®ptima de ninguna de las fuerzas pol¨ªticas que propiciaron el cambio de Gobierno, pero ser¨ªan buenos fundamentos para una transici¨®n posible hacia una fiscalidad m¨¢s acorde con una sociedad tan desigual.