Si todo es gratis, todo tambi¨¦n estar¨¢ permitido
Ahora una noticia cuesta menos de lo que vale hacerla
Da pudor ponerle precio a una noticia, pero calculemos al menos los factores que conlleva encontrarla y publicarla. Luego llega un clic y se detiene sobre ella diez segundos. Y la mano que pulsa sobre contenido tan ef¨ªmero jam¨¢s se habr¨¢ rascado el bolsillo para disponer de ella como le d¨¦ la gana: para imprimirla, para tuitearla, para retuitearla, para rehacerla, para deshacerla o para expresar sobre ella escupitajo o miel.
La noticia ser¨¢ gratis, leerla ser¨¢ gratis y cada cosa que se haga con ella ser¨¢ gratis tambi¨¦n. Habr¨¢ conglomerados globales que sacar¨¢n dinero del tr¨¢fico, pero la sensaci¨®n que tendr¨¢n los usuarios, mientras tanto, es que la noticia, literalmente, no vale menos que un trozo de pan y much¨ªsimo menos que una mariposa o una paloma mensajera.
Imaginemos que el suceso o la persona que protagonizan el objeto de nuestro inter¨¦s vive lejos. Habr¨ªa que tomar un medio de transporte, caro por lo general, para encontrarse con lo que se va a convertir en noticia. Si es m¨¢s cerca se puede ir en taxi, o en otros medios p¨²blicos, que tambi¨¦n tienen un coste.
Si el suceso ocurre tan lejos como para merecer que se trasnoche, adem¨¢s habr¨ªa que alquilar una habitaci¨®n de hotel y, al contrario que los clics en Internet, no hay un solo albergue en el mundo que te deje estar sin pagar.
Y estamos hablando de personas singulares; porque los periodistas suelen ser dos, el periodista que escribe y el periodista que retrata o graba, y ambos requieren las atenciones de alguien que ejerce un trabajo por cuenta propia o ajena. Al final el periodista que escribe redacta la noticia, el que retrata o graba desarrolla su parte del trabajo y al final despachan su material. Subido todo a las webs viene la realidad a corroborar las virtudes del proceso que sigue el comercio para que todo siga costando algo, menos el periodismo.
El fen¨®meno, uno de los m¨¢s parad¨®jicos del siglo XXI, empez¨® casi jugando. Vinieron primero los peri¨®dicos gratuitos, despu¨¦s se produjo, entre nosotros, la audacia de los que, para hacer negocio, se dedicaron a proclamar que ¡°la cultura es gratis¡±. Ahora gratis es una palabra maldita para el periodismo; por algunas latitudes del oficio se est¨¢ logrando limitar los da?os del gratis total al que nos acostumbr¨® la ley com¨²n del todo vale dictada por mentes que supieron hacer de Internet los negocios m¨¢s suculentos del mundo.
Richard Sennett, soci¨®logo de la cultura, le dijo este domingo a Anatxu Zabalbeascoa en EL PA?S Semanal: ¡°No queremos afrontar que lo gratuito implica siempre una forma de dominaci¨®n¡±.
En esas once palabras se encierra una verdad triste del siglo XXI, el de las noticias y el de las noticias falsas: un oficio obligado a buscar la verdad y a contarla se est¨¢ empobreciendo gravemente porque avispados inventores de lo gratuito se enriquecen con lo que un periodista hace para llevar su trozo de verdad al papel, a la web y a la vida. Porque si todo es gratis todo est¨¢ permitido tambi¨¦n.
Da pudor decirlo, pero ahora una noticia cuesta menos de lo que vale hacerla, es decir, nada, y la gente no sabe todav¨ªa el sudor que hay detr¨¢s del clic gratuito gracias al que la lee y la comparte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.