Los ca?ones Berta del PP
Si las reglas se cambian, bajo las normas, y se mejoran, ?d¨®nde est¨¢ el problema?
El PP usa tres ca?ones Berta contra la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Con ella el Gobierno y sus adl¨¢teres buscan acabar con el poder de veto del Senado a los objetivos de d¨¦ficit y deuda de 2019, cuya aprobaci¨®n es requisito previo al Presupuesto propiamente dicho.
Como el PP dispone hoy de mayor¨ªa absoluta en el Senado puede usarla para vetar esos objetivos y bloquear el Presupuesto incluso antes de que este exista.
Sostienen los populares que el Gobierno pretende ¡°amordazar al Senado¡±. Pero amordazar ser¨ªa hurtar el paso del techo de d¨¦ficit por la C¨¢mara alta: y eso no est¨¢ (ni pod¨ªa estar, por ilegal) en la proposici¨®n de ley que contiene la reforma.
Sostienen tambi¨¦n que esta supone ¡°cargarse el reparto de poderes¡±, entre el Ejecutivo y el Legislativo. Eso suceder¨ªa si aquel impidiese el examen y aprobaci¨®n parlamentaria del dicho techo (tambi¨¦n imposible, por ilegal). Al contrario, el Legislativo podr¨¢ siempre tumbar las cuentas de d¨¦ficit del Gobierno: bastar¨¢ que este no alcance la mayor¨ªa en el Congreso.
Y sostiene que modificar la ley de estabilidad antes de enviar el presupuesto es ¡°cambiar las reglas de juego a medio partido¡±.
Dado el trazo grueso de los otros Bertas, este es m¨¢s h¨¢bil. Pero tampoco encaja con la realidad. El partido presupuestario a¨²n no ha empezado. Y la ley de estabilidad ha cambiado varias veces.
En efecto, la ley 18/2001 (era Aznar) equiparaba al Congreso y al Senado (art¨ªculo 8): el Senado podr¨ªa vetar y si lo hac¨ªa, el Gobierno deb¨ªa volver a presentar en un mes el objetivo de d¨¦ficit.
La refundici¨®n 2/2007 (era Zapatero) corrigi¨® ese empate entre ambas C¨¢maras: defectuoso por disonante, ya que en todas las dem¨¢s leyes cuando hay oposici¨®n del Senado, se devuelven al Congreso y este, prevalente, decide; por establecer as¨ª procedimientos distintos para d¨¦ficit y Presupuesto (cuando est¨¢n vinculados); y por no fijar un foro dirimente en caso de desacuerdo de ambas C¨¢maras, sino la simple y (eventualmente eterna) repetici¨®n del proceso: el riesgo del bloqueo.
El texto 2/2012 (era Rajoy) volvi¨® a los defectos de Aznar. Los que ahora se vuelven a corregir (art¨ªculo 15.6). Si las reglas se cambian, bajo las normas, y se mejoran, ?d¨®nde est¨¢ el problema?
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