Siglo medievalizante
Si comparamos el periodo 2000-2018 con sus equivalentes del XX y el XIX, podemos congratularnos. Pero en muchos aspectos esta ¨¦poca es reaccionaria.
EN ESTE 2018 han alcanzado o alcanzar¨¢n la mayor¨ªa de edad los nacidos en el esperado y celebrado 2000. Los que en esa fecha ten¨ªan diez a?os son ya adultos o deber¨ªan serlo (ya se sabe que el infantilismo abarca hoy la vida entera). Pero gran parte de los vivos tuvimos conciencia de que cambiaba el siglo, y aun el milenio (con doce meses de antelaci¨®n, pues la gente, fascinada por la redondez del n¨²mero, decidi¨® que el giro se produc¨ªa el 31 de diciembre de 1999, sin aguardar a que transcurriera el 2000 completo, como correspond¨ªa). Cada cual, dentro de sus posibilidades, procur¨® que fuera especial aquella Nochevieja. Yo, aprovechando el dinero llovido de un premio literario o de un golpe de suerte, invit¨¦ a seis amistades a un precioso hotel de Bath, en el sur de Inglaterra, a las que se unieron, para la cena, otros dos amigos ingleses que se acercaron desde Oxford. (Me doy cuenta ahora de que si incurr¨ª en el dispendio ¡ªvuelo y estancia de varias noches¡ª, fue tambi¨¦n porque entonces se gastaba con m¨¢s alegr¨ªa y porque nadie se met¨ªa con uno ni lo criticaba por c¨®mo se fundiera su dinero honradamente ganado; se fiscalizaba menos a las personas, se las espiaba menos, se las delataba y denunciaba menos.)
Ha transcurrido suficiente tiempo del siglo XXI, en fin, como para rememorar y echar un vistazo. Uno se da cuenta de que es mucho tiempo si lo compara con el periodo 1900-1918. A los que lo vivieron les toc¨® una ¨¦poca convulsa o m¨¢s bien espantosa, en la que todo qued¨® patas arriba. Hace exactamente cien a?os todav¨ªa no hab¨ªa acabado la Primera Guerra Mundial, iniciada m¨¢s de cuatro antes, en julio de 1914, de manera harto est¨²pida. Como saben, esa Guerra ensangrent¨® Europa como nunca (que ya es decir), y se calcula que murieron en ella unos 18 millones de individuos. Tambi¨¦n en 1918, como colof¨®n, se produjo la epidemia de la llamada ¡°gripe espa?ola¡±, que a?adi¨® m¨¢s de 50 millones de cad¨¢veres repartidos por el planeta. Antes, en 1912, se hab¨ªa hundido el Titanic, por mencionar algo que ha perdurado en la memoria colectiva. Y si retrocedemos cien a?os m¨¢s, el periodo 1800-1818 es el de las guerras napole¨®nicas, con sus millones de muertos y nuestro pa¨ªs invadido. En realidad, para 1818 la larga dominaci¨®n de Bonaparte hab¨ªa concluido, y el Emperador se hallaba preso en la isla de Santa Helena, donde morir¨ªa en 1821.
As¨ª que si comparamos 2000-2018 con sus equivalentes del XX y el XIX, podemos darnos con un canto en los dientes. Al menos no ha habido matanzas masivas ni guerras en nuestro continente, ni una plaga demencial como la de la c¨¦lebre gripe. Pero tambi¨¦n es cierto que aquella Nochevieja en Bath mis amigos y yo no pod¨ªamos imaginar que el siglo XXI se desarrollara como lo viene haciendo. A¨²n estaban bastante recientes la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn (en 1989), el desmantelamiento de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la improbable democratizaci¨®n de Rusia y la liberaci¨®n de los pa¨ªses del Este. No se hab¨ªan producido los atentados contra las Torres Gemelas, que lo trastocaron todo, ni por tanto las Guerras de Afganist¨¢n y de Irak, la primera aceptada por la comunidad internacional y la segunda no, gratuita, nefasta e impuesta por Bush Jr. Nadie pod¨ªa prever la virulencia fan¨¢tica del Daesh, ni que en 2008 habr¨ªa un elegante negro en la Presidencia de los Estados Unidos, ni un fantoche blanco ¡ªo naranja¡ª en 2016. Ni que esos pa¨ªses del Este, admitidos en la Uni¨®n Europea, se iban a revolver contra ella convirti¨¦ndose en autoritarios de extrema derecha coincidentes con la falsa izquierda. Tampoco se vislumbraba una recesi¨®n econ¨®mica como la que afecta al mundo desde hace un decenio. Ni que pol¨ªticos catalanes iban a aspirar a un Estado propio intransigente, malversador y totalitario, y a torpedear tambi¨¦n la Uni¨®n Europea, lo mismo que el zafio fascista Salvini en Italia ¡ªotro separatista en su ra¨ªz, lo cual muestra cu¨¢n f¨¢cilmente ¨¦stos se tornan fascistas de manual en casi todas partes¡ª. Con todo, ya digo, podemos congratularnos.
Pero lo que no esper¨¢bamos aquella Nochevieja era que tanta gente fuera a entontecer (a¨²n m¨¢s) masivamente. Que fuera a ser tan contradictoria, y a pedir a la vez libertades absurdas (eliminar la gram¨¢tica y la ortograf¨ªa, por poner un ejemplo inocuo pero especialmente idiota) y exigir regularlo todo y prohibir mucho y censurar a mansalva. Que gran parte de la poblaci¨®n vivir¨ªa abducida por sus pantallas y se ver¨ªa impelida a opinar de todo, con o sin conocimiento, casi siempre para echar pestes. Que esa gente ser¨ªa pusil¨¢nime y se sentir¨ªa ¡°amenazada¡± hasta por una opini¨®n disidente (y aspirar¨ªa a suprimirla), y quemar¨ªa virtualmente ¡ªo no tanto¡ª a cuantos contrariasen sus convicciones. Que una porci¨®n de las mujeres decidir¨ªa ver a los varones, en conjunto, como verdugos y enemigos, desatando la desconfianza entre los sexos y el desinter¨¦s de uno por otro hasta niveles desconocidos. Que demasiadas personas renunciar¨ªan a razonar y a argumentar, y relegar¨ªan la verdad a un segundo o tercer planos, en favor de sus creencias, supersticiones e irreales deseos. Ninguno preve¨ªamos, en suma, que en tantos aspectos el siglo XXI ser¨ªa tan reaccionario y medievalizante. Ojal¨¢ tome otra senda, para que el periodo 2039-2045 no se asemeje en nada al de cien a?os antes.
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