Cuba gana un camarada
L¨®pez Obrador recuerda a Fidel Castro como un luchador social y pol¨ªtico que condujo a su pueblo hasta la verdadera independencia
Cuba recibi¨® el triunfo de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (AMLO) en M¨¦xico con satisfacci¨®n, segura de que gana un camarada. La admiraci¨®n del presidente electo por la revoluci¨®n cubana es antigua, sin apenas reparos, y permite anticipar un estrechamiento de las relaciones bilaterales, y el rechazo azteca de cualquier incitativa encaminada a forzar un cambio democr¨¢tico en la mayor de la Antillas. Donald Trump se topar¨¢ con el muro mexicano.
La proverbial ambig¨¹edad de L¨®pez Obrador desaparece cuando cita a Fidel Castro. Lejos de recordarlo como dictador, le define como un luchador social y pol¨ªtico que condujo a su pueblo hasta la verdadera independencia: un gigante a la altura de Nelson Mandela. Cuba suma un socio que modificar¨¢ la correlaci¨®n de fuerzas en el asociacionismo latinoamericano, deteniendo el giro a la derecha con Mauricio Macri, en Argentina; Michel Temer, en Brasil; Sebasti¨¢n Pi?era, en Chile, e Iv¨¢n Duque, en Colombia. La presencia de AMLO liquida la posibilidad de que EE?UU obtenga el voto de M¨¦xico en la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) cuando se trate de reclamar libertades pol¨ªticas en Cuba.
Entre otras razones, porque el presidente electo cree en las pol¨ªticas sociales del Partido Comunista contra la pobreza. Sus dos ¨²nicas salidas al extranjero hasta cumplir cincuenta y pico a?os fueron dos peregrinajes a Cuba. Probablemente, no le importar¨ªa aplicar el igualitarismo cubano en M¨¦xico, donde cuatro de cada diez compatriotas son pobres, seg¨²n datos oficiales.
Aunque el monopolio de partido ¨²nico es dif¨ªcilmente exportable, el marxismo-leninismo isle?o, como filosof¨ªa pol¨ªtica y aspiraci¨®n, cuenta con numerosos adeptos en la izquierda que le ha llevado a Los Pinos. L¨®pez Obrador no tomar¨¢ decisiones a contracorriente de ese electorado, muy activo y doctrinal. AMLO hereda, adem¨¢s, el credo de M¨¦xico contra la intromisi¨®n, reforzado en el caso de Cuba por la simpat¨ªa ideol¨®gica. Las relaciones del PRI y el PAN con el castrismo siempre fueron pragm¨¢ticas, excepto durante la presidencia del panista Vicente Fox (2000-2006) que secund¨® el belicismo de George W. Bush.
La no intervenci¨®n en asuntos de otras naciones son principios fundacionales del PRI, en buena medida para evitar la injerencia de terceros en las trapacer¨ªas del partido que fue r¨¦gimen. El objetivo de las argucias fue cerrar el paso a la oposici¨®n y retener el poder hasta el final de los tiempos. M¨¦xico no se meti¨® con la revoluci¨®n cubana para evitar que Castro se metiera con M¨¦xico, apadrinando sus guerrillas.
Para L¨®pez Obrador, el mayor acierto de la diplomacia mexicana fue obra del pri¨ªsta Adolfo L¨®pez Mateos cuando en 1962 vot¨® contra la expulsi¨®n de Cuba de la OEA, reclamada por EE?UU. Continuador de esa l¨ªnea, promover¨¢ la reactivaci¨®n de una relaci¨®n pol¨ªtico-comercial parecida a la del expresidente brasile?o Lula da Silva.
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