?Vaya con el viejo periodismo!
Los golpes que recibe Trump se los propina con frecuencia ¨¦l mismo
Bob Woodward, el h¨¦roe del Watergate, que derrib¨® a Richard Nixon junto a su compa?ero de The Washington Post, Carl Bernstein, acaba de asestar un golpe certero a ese presidente que se declara enemigo del periodismo y pretende gobernar el mundo e imponer sus mentiras cada ma?ana desde su cuenta de Twitter. Woodward publica en los pr¨®ximos d¨ªas Fear (Miedo), el libro que ha escrito sobre Trump y testimonio de la inconsistencia, ignorancia, ineptitud y mendacidad de un personaje al que no le tienen consideraci¨®n ni siquiera sus m¨¢s estrechos colaboradores.
Los golpes que recibe Trump se los propina con frecuencia ¨¦l mismo. Si Woodward no habl¨® con ¨¦l antes de escribir el libro, aunque se lo pidi¨® a trav¨¦s de media docena de sus colaboradores, fue o por el desprecio del presidente hacia la prensa o porque la Casa Blanca es un caos sin remedio, en la que son regla los errores de principiante. Este pudo ser el caso de su ¨²ltimo tuit radioactivo, en el que exhibe su desvergonzado desprecio por la independencia de los jueces y por el Estado de derecho. Trump no ha tenido rebozo en atacar al fiscal general Jeff Sessions porque no protege a sus amigos cuando se enfrentan a procedimientos judiciales, como no lo ha tenido tampoco para apelar a la justicia para que persiga a sus enemigos.
El momento elegido para estos reproches, a prop¨®sito del procesamiento por corrupci¨®n de dos congresistas republicanos, no es el m¨¢s oportuno. El juez conservador Brett Kavanaugh, candidato de Trump para la ¨²ltima vacante del Supremo, ha empezado la audiencia ante el Senado en la que debe demostrar su independencia de criterio respecto a quien le ha nominado. El fiscal especial Robert Mueller, que investiga las interferencias y complicidades rusas en la campa?a electoral para derrotar a Hillary Clinton, est¨¢ al acecho ante cualquier indicio de que Trump haya pasado de las palabras a los hechos, obstaculizando la acci¨®n de la justicia.
Todo esto apenas tiene importancia para los republicanos. Sobre todo despu¨¦s de la muerte de John McCain, ¨²ltimo representante de la antigua y decente pol¨ªtica conservadora. Trump rinde los servicios que le exigen quienes le subieron al pedestal: los ricos pagan menos impuestos, las empresas contaminantes funcionan a pleno ritmo, hay expulsiones masivas de ciudadanos indocumentados y la instituci¨®n m¨¢s estrat¨¦gica para la protecci¨®n de los derechos de los ciudadanos, el Tribunal Supremo, vira hacia la oscuridad del extremismo. Kavanaugh saldr¨¢ confirmado y no habr¨¢ votos republicanos para la destituci¨®n parlamentaria del presidente. La econom¨ªa va bien y sigue siendo ¨²til el juguete roto en el que Trump se est¨¢ convirtiendo.
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