La orquesta de Europa tiene que seguir tocando
Un nuevo movimiento de izquierda pretende en Alemania combatir con la ultraderecha pero recoge su mensaje de cerrar las fronteras
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Hay un cuento de 1958 de Dino Buzzati, La noticia, que muestra las angustias de un director de orquesta que percibe, mientras dirige una sinfon¨ªa de Brahms, que el p¨²blico empieza a abandonar la sala. El maestro Arturo Saracino, de 37 a?os, est¨¢ inmerso en la exposici¨®n inicial del tema del ¨²ltimo movimiento ¡ª¡°un poco largo¡±, observa el narrador¡ª y se percata de pronto de que algo no funciona. Le llega un runr¨²n, ¡°crujidos, cuchicheos, pasos furtivos, pisadas clandestinas, taburetes corridos, puertas abiertas y cerradas¡±. El director siente entonces, escribe Buzzati, ¡°que hasta el aire se vac¨ªa, que esos mil, esos dos mil, esos tres mil hilos secretos, tendidos entre los espectadores y ¨¦l, se aflojan y se desvanecen¡±. Y as¨ª se siente, ¡°solo y desnudo en un desierto helado, arrastrando penosamente un ej¨¦rcito que ya no le cree¡±. Da la impresi¨®n de que Buzzati estuviera hablando de Europa: de pronto los ciudadanos se han levantado, y le est¨¢n volviendo la espalda.
La cosa no va bien desde hace a?os. Esos tres mil hilos secretos que vincularon en su d¨ªa, y a veces con aut¨¦ntico entusiasmo, a millones de ciudadanos con el proyecto europeo se han aflojado y se desvanecen. La crisis econ¨®mica que estall¨® en 2008 ha sido decisiva para provocar ese desencanto, pero incluso ya antes hubo gente que empez¨® a mirar con desconfianza a Bruselas, y se puso a carraspear. Las pol¨ªticas de austeridad provocaron desaliento en la zona sur y la llegada masiva de inmigrantes ha puesto nerviosos a los del norte. Los que defienden a la Uni¨®n se apoyan en que quiz¨¢ el movimiento que est¨¢ tocando ahora la orquesta es demasiado largo, y piden paciencia. Lo grave es que todav¨ªa siguen siendo muchos los que consideran que Europa no sale nunca del t¨²nel. Todo sigue siendo oscuro. As¨ª que florecen por doquier movimientos, de ultraderecha sobre todo, que no solo han movido los taburetes, sino que los est¨¢n apartando a patadas. Bruselas est¨¢ arrastrando penosamente un ej¨¦rcito que ha dejado de creer en el proyecto europeo.
La ¨²ltima de las iniciativas ha surgido en Alemania. La ha puesto en marcha Sahra Wagenknecht, referente indiscutible de Die Linke (La Izquierda), y recoge muchas de las se?as de identidad de su viejo partido: mejorar las pensiones, subir el salario m¨ªnimo, subir los impuestos a las grandes empresas. Esta vez se trata de un movimiento y lo ha bautizado Aufstehen (Levantarse). Quiere combatir el avance de Alternativa para Alemania (AfD), la formaci¨®n de ultraderecha que est¨¢ captando el voto de los descontentos y que cada vez es m¨¢s radical. Lo inquietante de la iniciativa es que Wagenknecht ha manifestado que est¨¢ en contra de las fronteras abiertas y quiere frenar el acceso ilimitado de los inmigrantes al mercado laboral alem¨¢n. Es ah¨ª donde Aufstehen se levanta del taburete y abandona la m¨²sica de esa Europa que tiene la pol¨ªtica de puertas abiertas entre sus valores fundamentales.
En el cuento de Buzzati, el director observa que ¡°todo se estaba desmoronando, dentro y delante de ¨¦l¡±. Pero de pronto comprende que ¡°la ¨²nica salida¡± era no dejarse arrastrar y ¡°seguir con su trabajo hasta el final¡±. As¨ª que se vuelve a la orquesta y le da nuevos br¨ªos, y esta responde saliendo ¡°al galope, irresistible¡±. Es cierto que muchos quieren levantarse e irse, pero hay quienes siguen prefiriendo la m¨²sica de Brahms. ?Que suene la orquesta!
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