La leche entera, relacionada con una menor mortalidad
Un estudio con m¨¢s de 100.000 personas muestra una asociaci¨®n entre el consumo de productos l¨¢cteos y menos problemas cardiovasculares
Tomar tres raciones o m¨¢s de leche y productos l¨¢cteos al d¨ªa est¨¢ relacionado con menos problemas cardiovasculares y una menor mortalidad. El efecto parece m¨¢s acusado entre los que toman la leche o el yogur sin desgrasar. Esta es la conclusi¨®n de un estudio de los h¨¢bitos alimentarios de m¨¢s de 100.000 personas de una veintena de pa¨ªses. A pesar de estos resultados, cient¨ªficos y m¨¦dicos creen prematuro dejar de seguir las recomendaciones oficiales de minimizar el consumo de derivados l¨¢cteos con toda su grasa.
Desde hace tiempo, las autoridades sanitarias y expertos en nutrici¨®n han apostado por el consumo de leche y sus derivados en sus versiones semi o completamente desnatada. Lo justifican con el argumento de que los productos l¨¢cteos enteros son una gran fuente de grasas saturadas, elementos relacionados con el aumento de los l¨ªpidos en la sangre, como el colesterol. Esta elevaci¨®n de niveles aparece conectada con diversas enfermedades cardiovasculares, la principal causa de mortandad entre los humanos.
Ahora, uno de los mayores estudios realizados hasta la fecha viene a cuestionar aquellas recomendaciones mostrando una conexi¨®n entre leche, en particular entera, y buena salud del coraz¨®n. Desde 2003, decenas de cient¨ªficos vienen realizando un estudio epidemiol¨®gico con poblaciones urbanas y rurales (PURE, por sus siglas en ingl¨¦s) de 21 pa¨ªses de los cinco continentes. A los m¨¢s de 136.000 de entre 35 y 70 a?os que participan (enrolados en distintas fechas) los entrevistaron para conocer sus h¨¢bitos alimenticios y los han seguido una media de algo m¨¢s de nueve a?os.
El estudio analiz¨® la dieta de m¨¢s de 130.000 personas de una veintena de pa¨ªses y las tasas de mortalidad y problemas cardiovasculares
Los ¨²ltimos datos disponibles, de julio pasado, muestran que unas 6.800 personas murieron durante el seguimiento, 2.000 de ellas por problemas cardiovasculares. Sin resultado fatal, otros 2.600 sufrieron infarto de miocardio, 2.700 alg¨²n tipo de accidente cerebrovascular y otros 500 insuficiencia card¨ªaca grave. Al cruzar estos datos con los de la dieta, los autores del estudio, publicado en la revista m¨¦dica The Lancet, comprobaron una asociaci¨®n generalizada: a m¨¢s productos l¨¢cteos consumidos, menor probabilidad de estar entre los fallecidos o de haber sufrido alg¨²n problema cardiovascular grave.
"Hay muchos factores que intervienen en los patrones de consumo, ya que la cultura alimenticia es diferente entre los pa¨ªses", comenta la investigadora de la Universidad McMaster (Canad¨¢) Mahshid Dehghan, principal autora del estudio y responsable de la parte de nutrici¨®n del estudio PURE. "No importa el pa¨ªs donde mires, siempre vemos la misma tendencia", a?ade. As¨ª, el grupo de consumo elevado (una media de 3,2 raciones diarias) muestra una ratio de mortalidad del 3,4% frente al 5,6% de los que no consumen derivados de la leche. En cuanto a los problemas cardiovasculares, entre los primeros hay menos fallecimientos por este motivo (0,9% frente al 1,6%), o ataques cerebrovasculares no fatales (1,2% frente al 2.9%). Solo entre los infartados no hab¨ªa diferencias significativas.
El estudio fij¨® la raci¨®n media en 244 gramos de leche o yogur, 15 gramos de queso o cinco gramos de mantequilla. Entre los que m¨¢s leche y derivados toman est¨¢n primero los europeos y los norteamericanos, con 368 gramos diarios, seguidos por latinoamericanos, en particular mantequilla, y los habitantes de Oriente Pr¨®ximo, donde destaca el consumo de leche fermentada, ya sea en forma de yogures o de quesos. Mientras, los estudiados de China, ?frica subsahariana y participantes del sudeste asi¨¢tico son los que menos productos l¨¢cteos consumen, con 102, 91 y? 37gramos diarios.
Adem¨¢s de grasas saturadas que elevan el colesterol, la leche entera tiene amino¨¢cidos, grasas saturadas de cadena media, fosfol¨ªpidos no saturados, vitaminas K1 y K2 y probi¨®ticos
Quiz¨¢ lo m¨¢s llamativo del estudio, que a¨²n sigue, es el papel protector que parece tener la leche entera. Entre el grupo de personas que declararon tomar m¨¢s de dos raciones diarias de l¨¢cteos con toda su grasa, unas 27.600, el porcentaje de fallecimientos era significativamente menor que entre los que dijeron tomar menos de media raci¨®n de leche o yogures enteros. En el caso de las afecciones cardiovasculares los porcentajes fueron del 3,7% para los primeros y subi¨® hasta el 5% entre los segundos.
"Hay una idea equivocada generalizada de que tomar productos l¨¢cteos es perjudicial para la salud cardiovascular y este estudio vuelve a ponerlo de manifiesto", dice la epidemi¨®loga de la Universidad de Cambridge, Nita Forouhi, que no ha participado en la investigaci¨®n. "Los resultados no son nuevos, pero este estudio a?ade nuevo conocimiento en un contexto global a lo largo de cinco continentes, ya que las anteriores investigaciones se hab¨ªan centrado casi exclusivamente en los pa¨ªses occidentales desarrollados", a?ade.
Aunque este tipo de estudio muestran correlaci¨®n entre variables (consumo de leche y estado de salud) no muestran una relaci¨®n causal y, menos a¨²n, pueden explicar los mecanismos concretos de esa posible relaci¨®n. Pero los autores del estudio destacan en su trabajo que se ha producido una cierta demonizaci¨®n de la leche, en especial la entera. "El acento en el desnatado se basa fundamentalmente en los supuestos efectos da?inos de una ¨²nica categor¨ªa de macronutrientes (los ¨¢cidos grasos saturados) sobre un ¨²nico marcador de riesgo cardiovascular (el colesterol LDL)". Pero esta simplificaci¨®n deja fuera a otros muchos ingredientes presentes en la leche entera: amino¨¢cidos, grasas saturadas de cadena media, fosfol¨ªpidos no saturados, grasas trans naturales o vitaminas como la K1 y la K2 e incluso probi¨®ticos. "Por tanto, la consideraci¨®n del efecto neto sobre la salud no deber¨ªa basarse solamente en los efectos sobre un solo marcador", escriben.
El trabajo tiene algunas limitaciones que hacen prematuro dejar de seguir las recomendaciones de minimizar la ingesta de leche entera
Sin embargo, el estudio tiene algunos puntos d¨¦biles. Una de esas debilidades tiene que ver con la gen¨¦tica. "Los autores sugieren que los pa¨ªses donde la ingesta de leche es baja podr¨ªan beneficiarse de su consumo. Pero obvian que la leche es mal tolerada por muchos de los habitantes del sudeste asi¨¢tico y africanos debido a diferencias gen¨¦ticas en cuanto a la presencia de la lactasa", comenta el profesor de nutrici¨®n del King's College de Londres, Tom Sanders. Sin esa enzima que sintetiza la leche, lo mejor que le puede pasar a una de estas personas es una diarrea.
Pero hay otro problema, quiz¨¢ m¨¢s relevante, que hace prematuro jubilar las recomendaciones sobre el consumo moderado de productos l¨¢cteos con toda su grasa. Por el esfuerzo necesario para realizarlo, por la complejidad log¨ªstica o por otro motivo, el estudio PURE solo determin¨® la dieta al principio del mismo, sin volver a estudiarla en sucesivos momentos. Sin embargo, en 9 a?os, los participantes han podido cambiarla, ya sea tomando m¨¢s o menos leche o, simplemente, seducidos por los consejos m¨¦dicos, pudieron dejar los productos l¨¢cteos enteros en favor de los desnatados. Sendas opciones bien podr¨ªan afectar a los resultados del estudio, debilitando la conclusi¨®n de que la leche entera es buena para la salud cardiovascular.
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