Ruido populista
El Gobierno italiano presenta m¨¢s controversias que resultados
La gesti¨®n del Gobierno populista en Italia ¡ªla coalici¨®n formada por la Liga y el Movimiento 5 Estrellas (M5S)¡ª est¨¢ confirmando que las recetas m¨¢gicas y las soluciones inmediatas ante problemas complejos que este tipo de discursos ofrecen al electorado se quedan en m¨¢s bien poco a la hora de la verdad.
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Italia se ha adentrado en un experimento pol¨ªtico in¨¦dito en su historia republicana con un Gobierno formado por dos fuerzas en principio completamente antag¨®nicas; una xen¨®foba, que ha renegado de su pasado regionalista y pr¨®xima a la ultraderecha, y otra populista con origen antisistema y de car¨¢cter social. Su punto de uni¨®n es la guerra a un sistema de partidos al que consideran el origen de todos los males del pa¨ªs. La realidad ha sido que de todo aquel discurso de golpes de tim¨®n fulgurantes con resultados espectaculares ha habido muy poco, por no decir nada.
Una vez repartido el poder entre los dos l¨ªderes de ambas formaciones, Matteo Salvini por la Liga y Luigi di Maio por el M5S, con una vicepresidencia cada uno, el Ejecutivo se ha lanzado a una carrera de gestos y declaraciones que han conseguido despertar la indignaci¨®n, cuando no la profunda preocupaci¨®n, tanto de los socios de la Uni¨®n Europa como del tejido productivo italiano. La tensi¨®n se ha elevado hasta extremos casi desconocidos.
Lo realizado en el fondo y en las formas en materia de inmigraci¨®n ¡ªcuesti¨®n en la que Salvini lleva la voz cantante¡ª ha sido no solo inaceptable, sino que ha generado enfrentamientos innecesarios en Europa. Los insultos dirigidos contra quienes tratan de llegar al continente, los desaires a los gobiernos aliados ¡ªentre ellos el espa?ol por el caso del Aquarius¡ª y la falta de solidaridad con el proyecto europeo han sido una constante en los discursos de Salvini. Huelga decir que en absoluto han servido para frenar la presi¨®n migratoria sobre el continente. Es m¨¢s, han provocado diversas situaciones dram¨¢ticas con naves cargadas de migrantes implorando un puerto en el que atracar. Pero mientras Salvini alardea de mano dura y observa como aumenta el apoyo a la Liga en las encuestas, oculta que su Gobierno ha repatriado a much¨ªsimos menos inmigrantes que, por ejemplo, el anterior Ejecutivo socialdem¨®crata. El l¨ªder leghista tampoco menciona ya las 100.000 expulsiones inmediatas con las que amenazaba hace tres meses.
No ha sido muy diferente lo sucedido en el ¨¢rea econ¨®mica. Las continuas declaraciones explosivas de Di Maio han logrado incluso lo impensable en el pa¨ªs transalpino: hacer que empresarios y sindicatos italianos se hayan planteado un frente com¨²n contra la pol¨ªtica laboral programada por el Gobierno. Nada queda sin embargo de la enarbolada desobediencia italiana al d¨¦ficit de 3% marcado por Europa. As¨ª, el Gobierno cumplir¨¢ d¨®cilmente con la presentaci¨®n para su revisi¨®n de los Presupuestos de 2019 ante Bruselas el pr¨®ximo 15 de octubre.
Por el camino queda un fuerte deterioro institucional. Salvini y Di Maio han condenado a la irrelevancia completa a la figura del primer ministro y han aliado a Italia ¡ªuno de los pilares de la UE¡ª con los socios m¨¢s radicales y xen¨®fobos. La ultraderecha francesa se mira en el espejo del Gobierno de Roma. No es una buena noticia ni para Europa ni para Italia.
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