Otro rev¨¦s del Brexit
Theresa May emple¨® excesiva arrogancia. Calcul¨® mal, como ya ocurri¨® con David Cameron
En su defensa de la desatinada causa del Brexit, la primera ministra Theresa May acaba de recibir un fuerte rev¨¦s de los 27 socios europeos en la cumbre de Salzburgo.
May quiso mostrar m¨²sculo exterior ante los ultras del partido conservador, que muy pronto celebrar¨¢ su conferencia anual. Err¨®. E interpret¨® mal los buenos deseos de la canciller alemana, Angela Merkel, o del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, como un apoyo a sus planes en vez de como muestras de cortes¨ªa diplom¨¢tica para no desairarla en la esfera dom¨¦stica.
Por eso May emple¨® excesiva arrogancia. Calcul¨® mal, como ya ocurri¨® con su antecesor David Cameron y su apuesta por el refer¨¦ndum de secesi¨®n. Antes de la cumbre y en su breve discurso, lanz¨® un torpe ultim¨¢tum: ¡°O sale adelante mi acuerdo [el plan de Chequers] o no habr¨¢ ning¨²n tipo de acuerdo¡±. Y lo acompa?¨® presentando en Londres un informe desatento ¡ªal menos¡ª contra los inmigrantes europeos.
Tambi¨¦n amonest¨® a sus socios para que modificaran su posici¨®n. Les exigi¨® planes alternativos, cuando es quien se va el que debe replantearlos cuantas veces convenga. Y su ministro de Econom¨ªa, el prudente Phillip Hammond, sugiri¨® que la cumbre servir¨ªa para puentear al negociador de la Uni¨®n, Michel Barnier.
As¨ª que provoc¨® una respuesta europea m¨¢s dura de lo previsto. Se le invit¨® a hablar solo por 12 minutos, un claro desd¨¦n. Se le indic¨® (Tusk) que debe rehacer su plan de salida. Se rechazaron sus propuestas de una frontera tecnol¨®gica suave con Irlanda, por et¨¦reas e insuficientes. Algunas voces recordaron que lo que es bueno para Canarias (que goza de un r¨¦gimen fiscal especial y, como consecuencia, sus productos pasan control aduanero al llegar a la Pen¨ªnsula) no es una ignominia y deber¨ªa servir tambi¨¦n para el Ulster. Y se desaprob¨® su enfoque sobre el futuro acceso brit¨¢nico al mercado interior europeo, por desequilibrado, al excluir servicios, pesca, y las otras libertades de circulaci¨®n.
Como remate, Malta suscit¨® en voz alta la conveniencia de un segundo refer¨¦ndum, que obsesivamente ella se niega a plantear: si no global sobre el Brexit, debiera celebrarse sobre el acuerdo concreto de salida.
Esas admoniciones europeas no implican cerrar la puerta a un acuerdo, sino poner presi¨®n a favor del mismo ¡ªel tiempo se acaba¡ª, y a que Londres reformule su plan. El aplazamiento a noviembre de la decisi¨®n final sobre el divorcio, con una Declaraci¨®n m¨¢s o menos detallada (sobre lo que hay debate; y quedar¨ªan a¨²n dos a?os de transici¨®n para perfilar la relaci¨®n futura), supone dar un respiro a May ante sus propios fan¨¢ticos. Y apretarle a que rectifique para bien.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.