Bichos asesinos: la serpiente venenosa m¨¢s grande del mundo

Como su propio nombre indica, la cobra real (Ophiophagus hannah) es una reina, la monarca indiscutible de un vasto reino serpentino que se extiende por toda Asia tropical. Formidable cazadora, Hannah es una reina d¨¦spota que se come a sus propios s¨²bditos (Ophiophagus significa literalmente ¡°comedora de serpientes¡±), ya que su dieta se compone casi exclusivamente de otros ofidios. En su reino, ninguna serpiente de menor tama?o est¨¢ segura. Y su reinado es largo, tanto que puede vivir hasta veinticinco a?os o m¨¢s. Las cobras son los representantes m¨¢s conocidos de los el¨¢pidos, familia que incluye adem¨¢s a las mambas africanas, b¨²ngaros o kraits, serpientes de coral, taipanes australianas y serpientes marinas.

La cobra real es la serpiente venenosa m¨¢s grande del mundo. Puede alcanzar los seis metros de longitud y es capaz de producir suficiente cantidad de neurotoxina (unos quinientos miligramos) como para matar a un elefante de una sola mordedura. En Envenenamientos por animales, Arturo Valledor de Lozoya, m¨¦dico y especialista en toxicolog¨ªa animal, detalla as¨ª los s¨ªntomas: ¡°n¨¢useas, v¨®mitos, par¨¢lisis far¨ªngea y de la lengua con disartria (dificultad para emitir sonidos y palabras) y disfagia (dificultad para tragar) consecuentes, salivaci¨®n, diplop¨ªa o visi¨®n doble, blefaroptosis o ca¨ªda de los p¨¢rpados, dificultad para respirar, convulsiones y ataxia¡±. El envenenamiento avanza a un colapso cardiovascular, y la v¨ªctima cae en un coma seguido de muerte por insuficiencia respiratoria. Todo ello, en menos de tres horas si no tienes a mano el ant¨ªdoto de suero de caballo.

La cobra real abunda en los manglares y bosques ribere?os de las regiones tropicales de Asia ¡ªdesde la India hasta Filipinas y desde el sur de China a la isla de Java¡ª, donde son temidas y reverenciadas. En la India es considerada un animal sagrado que simboliza la fertilidad y el renacimiento, y a menudo aparece representada junto al dios hind¨² Siva, a la vez fuerza vital primigenia y gran destructor. Pero este ofidio que puede erguirse hasta la altura de un hombre puede ser tambi¨¦n una madre amorosa. Con un comportamiento inusual en otras serpientes, la hembra de la cobra real realiza la puesta de huevos dentro de un nido que construye barriendo hierbas y ramitas con su cola. Su prole, de entre veinte y cuarenta cr¨ªas, nace ya dotada de veneno. Poco antes de la eclosi¨®n de los huevos, mam¨¢ cobra abandona el hogar, que hasta entonces hab¨ªa defendido con incre¨ªble agresividad, para no caer en la tentaci¨®n de comerse a las cr¨ªas. Esas cosas que tienen las madres.