Manel Valls revoluciona el hurac¨¢n catal¨¢n
La aportaci¨®n del exprimer ministro franc¨¦s ser¨¢ excelente, regular o mala, veremos; pero despierta pasiones y provoca dimisiones
No gana despu¨¦s de muerto. Pero desarbola rivales antes de empezar. La candidatura a la alcald¨ªa de la capital catalana de Manel Valls, el ex primer ministro franc¨¦s nacido en Barcelona, a¨²n no es oficial. Faltan minutos. Y ya ha amortizado a varios aspirantes. Incluso ha arrumbado a uno ?que hab¨ªa sido elegido en primarias!: Alfred Bosch, de Esquerra.
Nadie sabe a¨²n qu¨¦ proyecto brindar¨¢ Valls para la metr¨®poli, ni si ser¨ªa un buen alcalde. Con lo que conviene esbozar an¨¢lisis laicos, sobrios, pues ya proliferan los dicterios de los indepes, y los ditirambos de los antisoberanistas.
De momento lo ¨²nico constatable es que su precalentamiento revoluciona el hurac¨¢n catal¨¢n, ese t¨ªtulo de Sandrine Morel (Le Monde), uno de los m¨¢s sugestivos y valientes entre los dos centenares de libros publicados sobre este lodazal.
El dimicese de Bosch es el primer efecto Valls, que obliga a los dem¨¢s a buscar candidatos de envergadura, por trayectoria o genealog¨ªa. Fue ordenado por Oriol Junqueras desde la prisi¨®n. Aunque zahiera a muchos el usufructo del apellido Maragall con que sustituye al despedido, es una decisi¨®n trascendente.
Porque eleva la competencia al constatar la obsolescencia de las apuestas irrelevantes; sugiere que el ¨²nico l¨ªder indepe con los pies en el suelo, Junqueras, quiere volver a mandar en la armata Brancaleone; y quiebra el Movimiento Nacional de la Crida que invent¨® Carles Puigdemont para seguir control¨¢ndola: si hay cohesi¨®n municipal secesionista ser¨¢ tras el realismo sufriente de Esquerra, no en la estela surrealista del fugitivo.
El segundo efecto Valls, todav¨ªa solo indiciario, consiste en desprovincianizar la pol¨ªtica catalana. Como es ciudadano franc¨¦s, ser¨¢ concejal barcelon¨¦s en virtud de la ¡ªsuperpuesta¡ª ¡°ciudadan¨ªa europea¡±, aquel logro espa?ol en el Tratado de Maastricht que ha permitido a la gaditana Anne Hidalgo ser alcaldesa de la, dicen que cosmopolita, Par¨ªs.
La aportaci¨®n de Valls ser¨¢ excelente, regular o mala, veremos. Pero despierta pasiones, distintas a la habitual en Catalu?a. Mientras Josep Ramoneda le propina r¨¢fagas adjetivas ¡ªjuguete roto, desahuciado, arrogante, enfadado, autoritario, beligerante contra el soberanismo¡ª en El PAIS del s¨¢bado, Rafael Jorba (El Peri¨®dico, 16/9) ve en ¨¦l una oportunidad desde la meritocracia republicana, la seguridad y la laicidad (¡°defender la ley y el orden es progresista¡±, deletrea), y un ejemplo de lenguaje no torticero: de parlar clar i catal¨¤. Al fin personajes y pol¨¦micas distintas.
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