El traj¨ªn diplom¨¢tico de D¨ªaz-Canel

Vuelta a empezar, aunque desde la improbabilidad del acuerdo. El viaje de Miguel D¨ªaz-Canel esta semana a EE?UU, el primero desde su investidura presidencial en abril, pretende sumar aliados e inversores, y explorar las posibilidades de reconducir las relaciones entre Washington y La Habana, en franco retroceso desde que la normalizaci¨®n diplom¨¢tica lograda en 2014 por Obama y Ra¨²l Castro saltara por los aires al endurecer Donald Trump las sanciones contra el r¨¦gimen.

El pasado noviembre, restringi¨® los viajes y prohibi¨® el comercio con empresas vinculadas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que administran los principales consorcios estatales. EE?UU apret¨®, y Cuba se atrincher¨®. El nuevo deshielo no depender¨¢ tanto del castrismo, inflexible en su posici¨®n de no negociar una democracia de partidos y sindicatos, como de la descaminada obstinaci¨®n de Trump en forzar concesiones, descartando la apuesta del partido dem¨®crata por la siembra y cosecha de democracia.

El complejo proceso negociador que termin¨® con m¨¢s de medio siglo de hostilidades bilaterales ser¨ªa retomado por Cuba, pero sin apearse de las condiciones pactadas con Obama: liberalizaci¨®n social y econ¨®mica sin apertura pol¨ªtica; embajadas y multiplicidad de intercambios a cambio de que EE?UU asuma la hegemon¨ªa gubernamental del partido comunista.

Los contactos de D¨ªaz-Canel en Nueva York tienen como objetivo gestionar alianzas internacionales y escanear el alcance y direcci¨®n de la beligerancia de la Casa Blanca. Otras reuniones con el mismo rumbo comenzaron antes del desembarco de la delegaci¨®n cubana en la metr¨®poli para asistir a la Asamblea General de la ONU, que pr¨®ximamente votar¨¢ contra el embargo norteamericano a la isla, vigente desde 1960. El encuentro exploratorio m¨¢s sustantivo tuvo lugar hace cinco d¨ªas en La?Habana. El nuevo hombre fuerte de Cuba recibi¨® al jefe del Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Robert Corker, que antes se hab¨ªa visto con el canciller, Bruno Rodr¨ªguez. Se trata del funcionario estadounidense de mayor rango reunido por D¨ªaz-Canel desde que el 19 de abril sustituyera a Ra¨²l Castro, al tanto de todo desde su condici¨®n de secretario general del partido. La entrevista fue posible porque Corker es contrario al planteamiento punitivo de los asesores de origen cubano de Trump, entre ellos Mauricio Claver-Carone, director de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad.

Corker afirm¨® entonces que el presidente no hab¨ªa demostrado ni la estabilidad ni la competencia necesarias para el buen gobierno. En junio, el senador de Arizona Jeff Flake tambi¨¦n viaj¨® a la mayor de las Antillas defendiendo el plan Obama como la opci¨®n m¨¢s inteligente porque, en su opini¨®n, no garantiza la democracia, pero fija las condiciones para su advenimiento.

Grandes empresarios y Estados agr¨ªcolas con intereses en la isla, as¨ª como los legisladores republicanos contrarios a la belicosidad de Trump, son ahora los interlocutores apetecidos por La Habana. A la postre, un acuerdo duradero entre Cuba y EE?UU pasa por el levantamiento del embargo, previa autorizaci¨®n del Congreso.