El voto brasile?o
El extremismo de Bolsonaro propicia un discurso pol¨ªtico destructivo
En menos de dos semanas ¡ªel domingo 7 de octubre¡ª los brasile?os participar¨¢n en la primera vuelta de unas cruciales elecciones presidenciales calificadas por algunos intelectuales del pa¨ªs como ¡°las m¨¢s turbulentas de la historia¡±.
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Porque por si fuera poco con la profunda crisis financiera ¡ªhundimiento de la econom¨ªa¡ª e institucional ¡ªuna presidenta destituida y el actual investigado¡ª que asola el pa¨ªs desde hace cuatro a?os, la campa?a electoral ha estado marcada por el caos y la incertidumbre que han ido desde el encarcelamiento y prohibici¨®n de concurrir como candidato del expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva hasta el intento de asesinato de otro de los principales favoritos, el populista de extrema derecha Jair Bolsonaro.
Lo ¨²nico pr¨¢cticamente seguro es que ninguno de los pol¨ªticos en liza alcanzar¨¢ la mayor¨ªa en la primera vuelta y ser¨¢n los dos m¨¢s votados quienes accedan a la segunda ¡ªel d¨ªa 28¡ª. Uno de ellos ser¨¢, seg¨²n apuntan las encuestas, el ultraderechista Bolsonaro ¡ªcon un 26% de las preferencias¡ª y la otra plaza se la disputar¨¢n entre el sucesor de Lula y exalcalde de S?o Paulo, Fernando Haddad, y el candidato de centroizquierda y exalcalde de Fortaleza, Ciro Gomes. Ambos, adem¨¢s de una posici¨®n cercana en las encuestas --aunque con ventaja del primero--, comparten que fueron ministros de Lula.
Pero hay algo m¨¢s constatable: el populismo ha instalado en Brasil un discurso pol¨ªtico destructivo que emplea cualquier excusa para provocar un incendio social y cuya diana principal es el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula y Haddad. Bolsonaro es equiparado en ocasiones con Donald Trump o Matteo Salvini, pero eso es un error. Es a¨²n peor en el fondo y en las formas. En la campa?a ¡ªparte de la cual ha realizado postrado desde la cama de un hospital y, por tanto, sin posibilidad de participar en debates¡ª Bolsonaro no solo ha defendido la dictadura militar brasile?a (1964-1985), sino que ha propuesto que la polic¨ªa tenga carta blanca para matar en un pa¨ªs donde se registran 60.000 homicidios anuales. Su candidato a vicepresidente, Ant?nio Hamilton Mour?o, es un militar en la reserva que constantemente justifica que se produzca un golpe de Estado ¡°bajo determinadas circunstancias¡± y ha empleado el t¨¦rmino ¡°autogolpe¡±. Propone adem¨¢s que se elabore una nueva Constituci¨®n por ¡°un consejo de notables¡±.
Los dem¨¢s candidatos han tratado de hacer una campa?a m¨¢s o menos ortodoxa, pero se han visto arrastrados a combatir planteamientos inaceptables que, sin embargo, son reivindicados abiertamente por un porcentaje importante del electorado. Como suele suceder cuando la democracia est¨¢ en riesgo, es la unidad de quienes creen en ella ¡ªindependientemente de sus diferencias¡ª la que finalmente la rescata. Y en Brasil debe suceder lo mismo.
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