Fernando Fitz-James Stuart, un heredero de cat¨¢logo para la Casa de Alba
El duque de Hu¨¦scar, de 28 a?os, contrae matrimonio con Sof¨ªa Palazuelo el 6 de octubre y se prepara para mantener el ingente legado familiar
Como su abuela, Cayetana de Alba, ¨¦l tambi¨¦n ha elegido el mes de octubre para casarse. Fernando Fitz-James Stuart,?heredero de la Casa de Alba, contraer¨¢ matrimonio el s¨¢bado 6 de octubre con Sof¨ªa Palazuelo, la ¨²nica novia que se le ha conocido. Lo har¨¢ un d¨ªa despu¨¦s de que la duquesa hubiese celebrado su s¨¦ptimo aniversario de boda con Alfonso D¨ªez. Pero a diferencia de la arist¨®crata, que eligi¨® Sevilla y un formato familiar para su tercer matrimonio, ¨¦l abrir¨¢ los salones del Palacio de Liria, en Madrid, para celebrar la que est¨¢ llamada a ser la gran boda del a?o en Espa?a. El evento re¨²ne todos los requisitos ya que est¨¢n invitados los m¨¢s altos representantes de la vida social espa?ola. Ser¨¢ el primer acto como protagonista?del futuro duque de Alba, papel que no le agrada. Lo suyo es vivir discretamente, tanto, que para muchos es un gran desconocido. Muchas fotos en las revistas y ni una sola declaraci¨®n.
Fernando Fitz-James Stuart y Sol¨ªs no tuvo una infancia f¨¢cil. Sus padres se separaron siendo todav¨ªa un ni?o. Su madre, Matilde Sol¨ªs, sufri¨® una gran depresi¨®n que como ella misma ha desvelado le llev¨® a intentar suicidarse. Luego, durante el posterior tratamiento psicol¨®gico al que se someti¨®, asegura que sufri¨® abusos por parte de su psiquiatra, Javier Criado. Durante mucho tiempo fueron ¨¦l y su hermano Carlos quienes cuidaron de ella y del menor de la familia Borja, nacido de un segundo y breve matrimonio de su madre con el empresario sevillano Borja Moreno. Pero la proximidad con su madre no impidi¨® al actual duque de Hu¨¦scar, t¨ªtulo que hered¨® cuando su padre se convirti¨® en jefe de la Casa de Alba, estar tambi¨¦n muy unido a su progenitor. A sus 28 a?os, Fernando parece un heredero dise?ado para el papel que le va a tocar desempe?ar: discreto, amante de la familia, buen gestor y experto en arte.
Estudi¨® en el colegio Nuestra Se?ora de los Rosales. Luego se decidi¨® por el Derecho y el M¨¢rketing, materias que complement¨® con dos m¨¢steres. Mientras cursaba uno de ellos, en el College for International Studies (CIS), conoci¨® a la que va a ser su esposa, Sof¨ªa Palazuelo. Pero adem¨¢s de esta s¨®lida formaci¨®n, el joven duque es un gran amante del arte, un valor necesario para alg¨²n d¨ªa poder gestionar el valioso patrimonio de los Alba.
Quiz¨¢ por ello, el regalo de boda que ha recibido de su padre ha sido un lienzo de Renoir, Busto de mujer con sombrero de cerezas, que su abuela Cayetana compr¨® en Londres en 1973. Es habitual ver a Fernando en exposiciones de grandes museos y en aquellas en las que su familia cede alguna pieza. Suele hacerlo sin llamar la atenci¨®n, como a ¨¦l le gusta.
Su afici¨®n por el arte fue una de las cosas que le uni¨® a Sof¨ªa Palazuelo, quien tras licenciarse en M¨¢rketing y Comunicaci¨®n en el Emerson College y cursar parte de la carrera en Estados Unidos se dedica a este mundo de manera profesional trabajando con su madre en Around Art, una empresa que se dedica a proporcionar experiencias art¨ªsticas en colecciones particulares, en museos a puerta cerrada, entre otras.
Como heredero de los Alba, Fernando trabajara en los asuntos de la familia. Ayuda a su padre en Euroexplotaciones Agrarias, una de las empresas dedicadas a gestionar sus terrenos. Adem¨¢s, es administrador solidario de Mibor Inversiones, una sociedad de inversi¨®n inmobiliaria tambi¨¦n liderada por su padre y en la que su madre, Matilde Sol¨ªs, es administradora.
De su abuela no ha heredado el car¨¢cter abierto y jovial pero s¨ª algunas de sus costumbres, como escaparse a Sevilla siempre que puede. All¨ª vive tambi¨¦n su familia materna, los Sol¨ªs, toda una instituci¨®n en la ciudad. Por ello, cuando la duquesa de Alba hizo el reparto de sus bienes quiso que el Palacio de las Due?as fuera para ¨¦l. "Es tan sevillano como yo y ya que ser¨¢ jefe de esta casa un d¨ªa, sabr¨¢ cuidarlo como nadie", argument¨® la duquesa para explicar tal deferencia ante sus otros nietos.
Fernando lleva toda su vida prepar¨¢ndose para ser un duque de Alba en el siglo XXI donde no solo es necesario mantener y conservar el ingente patrimonio familiar sino tambi¨¦n hacerlo rentable.
El reci¨¦n adquirido papel protagonista del duque de Hu¨¦scar ha provocado algunas fracturas entre los hijos de la duquesa fallecida. El actual jefe de los Alba lo explic¨®: "Son mis hijos quienes ahora deben tener su lugar. Pero mis hermanos siempre ser¨¢n bienvenidos". Un ejemplo: Fernando y su esposa se instalar¨¢n en una vivienda anexa al palacio de Liria.
Los Alba han recibido sin objeciones a Sof¨ªa Palazuelo pese a los problemas de su padre, Fernando Palazuelo. El empresario vive en Lima, donde se dedica a lo mismo que hac¨ªa en Espa?a: comprar, rehabilitar y vender edificios hist¨®ricos. Pero en 2009 entr¨® en concurso de acreedores tras acumular cuantiosas deudas con sus empresas. Tres a?os antes, un juzgado de Palma de Mallorca le conden¨® por mobbing inmobiliario, despu¨¦s de coaccionar a dos inquilinos del conocido edificio de la capital mallorquina Torres del Temple. Pero la discreci¨®n de la futura esposa del duque de Hu¨¦scar, que alg¨²n d¨ªa llevar¨¢ el t¨ªtulo de duquesa de Alba, ha disipado cualquier duda sobre su idoneidad.
Todo est¨¢ dispuesto para que Fernando y Sof¨ªa se conviertan en los Alba del siglo XXI. Y para sellar su papel nada mejor que un s¨ªmbolo. La novia lucir¨¢ el d¨ªa de su boda la valiosa tiara de Cayetana de Alba. Cuentan que la duquesa as¨ª lo habr¨ªa querido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.