Tiro al plato
En menos de tres meses han dimitido tantos ministros de S¨¢nchez como en cinco a?os de gobiernos de Rajoy
Primero fue M¨¤xim Huerta, que dur¨® al frente del Ministerio de Cultura dos d¨ªas, obligado a dimitir por un antiguo pleito con Hacienda que le supuso una sanci¨®n administrativa, que no penal (poca cosa viniendo de donde ven¨ªamos, pero una inconveniencia al fin). Luego fue Carmen Mont¨®n, su compa?era al frente del de Sanidad, que tuvo que dimitir tambi¨¦n tras descubrirse un presunto plagio en un antiguo trabajo de doctorado as¨ª como cierto trato de favor en uno de los m¨¢steres famosos de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Detr¨¢s de ella fue el propio presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, el sujeto de otra acusaci¨®n de plagio en su tesis doctoral, que tuvo que hacer p¨²blica para demostrar que aqu¨¦lla era infundada. Apenas unos d¨ªas despu¨¦s, la divulgaci¨®n de unos audios grabados sin su conocimiento en una comida entre profesionales de la polic¨ªa y de la justicia, hace algunos a?os, a la hoy ministra de Justicia, Dolores Delgado, y entonces fiscal de la Audiencia Nacional y en la que se manifestaba digamos que con espontaneidad, como todos en esas situaciones, los que le costaron la reprobaci¨®n pol¨ªtica por un Senado controlado por los partidos de la oposici¨®n, que pidieron a coro su dimisi¨®n. Y hace tres d¨ªas ha sido el exastronauta y ministro de Ciencia y Universidades Pedro Duque al que le han encontrado otro punto d¨¦bil, una empresa presuntamente constituida para pagar a Hacienda menos impuestos (de momento a¨²n no le han acusado de no haber viajado al espacio, pero todo se andar¨¢) el que ha sufrido los dardos de la oposici¨®n, que tambi¨¦n pide su cabeza. Puede que todo sea una coincidencia, pero la pol¨ªtica espa?ola empieza a parecer una competici¨®n de tiro, no s¨¦ si de tiro al pich¨®n al plato.
Se sab¨ªa que la vida del Gobierno de S¨¢nchez, que lleg¨® al poder tras una moci¨®n de censura del anterior, iba a ser todo menos tranquila, pero pocos imagin¨¢bamos que fuera a ser tan dif¨ªcil. En menos de tres meses han dimitido tantos ministros de S¨¢nchez como en cinco a?os de gobiernos de Rajoy y se pide la cabeza de otros m¨¢s. Si yo fuera ministro de este gobierno andar¨ªa con cuidado, pues hay muchas personas esperando el grito de ¡°?plato!¡± para disparar.
La oposici¨®n, como es natural, sobre todo la conservadora, que se vio apartada por sorpresa de un poder que considera patrimonio suyo, justifica esta competici¨®n en nombre de la limpieza y la transparencia que el partido del Gobierno tanto pregon¨® desde la oposici¨®n, y en eso tiene raz¨®n. Lo que no casa tan bien con esa explicaci¨®n es que los conservadores reclamen la dimisi¨®n de un ministro detr¨¢s de otro cuando, estando en el poder, los suyos no predicaron precisamente con el ejemplo. ?O es que es peor la reprobaci¨®n de la ministra Delgado por unas manifestaciones indignas e impropias de una ministra, pero grabadas cuando no lo era, que la de su antecesor en el ministerio, Rafael Catal¨¢, por presionar directamente a los jueces en los asuntos de corrupci¨®n que afectaban a su partido?
En cualquier caso, somos muchos los espa?oles ¡ªde izquierdas y de derechas¡ª a los que nos cuesta creer que el verdadero motivo que lleva a Ciudadanos y al PP a pedir la dimisi¨®n de un ministro tras otro sea la defensa de la honradez y la limpieza de las instituciones despu¨¦s de ver c¨®mo se opon¨ªan a que el Parlamento investigue al Rey em¨¦rito, acusado por una amiga de corrupci¨®n en una conversaci¨®n con el mismo personaje que grab¨® a la ministra de Justicia, por considerarlo entonces un delincuente.
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