Justicia para los pelirrojos
Ser hombre y con el pelo zanahoria ha sido motivo de broma o desprecio. Pero se acab¨®. Han salido defensores que luchan contra estos descabellados estereotipos
"Los humanos venimos del mono, pero los pelirrojos descienden de los gatos", dijo Mark Twain. Y cualquiera puede entender a qu¨¦ se refiere si piensa en una pelirroja, o en el tipo de pelirroja ronroneante, felinesca y apanterada que tan bien promocion¨® el cine cl¨¢sico. Pero, ?y los hombres pelirrojos? A ellos se les relaciona antes con un sapo o a lo sumo con un castorcillo torpe. Falso, dir¨¢n algunos se?alando a Michael Fassbender.
Pero por cada pr¨ªncipe Harry, hay un Bill Gates. E incluso galanes panochos como Eddie Redmayne entran antes en la categor¨ªa de guapos-raros que de guapos-guapos. Un bailar¨ªn principal del Royal Ballet que se le da un aire, Edward Watson, lleg¨® a quejarse porque el cr¨ªtico de The New York Times no paraba de mencionar su color de pelo, su palidez y sus pecas en las rese?as, como argumentos de por qu¨¦ Watson no dar¨ªa nunca el tipo principesco.
¡°Hasta aqu¨ª hemos llegado¡±, dice la periodista Erin La Rosa. Que es, claro, pelirroja natural. Pertenece a ese 2 % de la poblaci¨®n. En su libro The big redhead book (El gran libro del pelo rojo) peina mitos y datos cient¨ªficos sobre su tribu y pone especial atenci¨®n en defender a los hombres pelirrojos. Que se les vea graciosos pero no sexis se debe, seg¨²n La Rosa (nombre real), a que en el siglo XIX era habitual que los payasos de circo tuvieran el pelo rojo, en parte porque en EE. UU. se relacionaba con la idea de un inmigrante irland¨¦s corto de mollera.
Aunque no tan extendida como el estereotipo de la mujer de melena flameante como ninf¨®mana y destrozahogares, que viene directo de la Lilith b¨ªblica, tambi¨¦n existe cierta idea del pelirrojo como malvado y eso, seg¨²n la autora, tiene un origen antisemita. En la Europa medieval se buscaba subrayar el car¨¢cter ¡°sat¨¢nico¡± de los jud¨ªos pint¨¢ndoles el pelo cobrizo.
La Rosa no est¨¢ sola en su reivindicaci¨®n. La dibujante Elizabeth Graeber tambi¨¦n publica un ¨¢lbum, A field guide to redheads: an illustrated celebration (Gu¨ªa de campo de pelirrojos: una celebraci¨®n ilustrada), con homenajes a pelirrojos accidentales, como Van Gogh, Axl Rose o el P¨¢jaro Loco, y voluntarios, como David Bowie. Ese s¨ª, nunca fue tan gatuno como cuando llev¨® el pelo en llamas.
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