Rafaella Carr¨¤: ¡°Yo le hubiera dado una patada a Weinstein en sus sitios delicados¡±

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El adi¨®s de Raffaella Carr¨¤ que Italia no quiere creerse

Hola Rafaella, 17 a?os despu¨¦s

Siete de la tarde del viernes. El Papa acaba de aceptar la dimisi¨®n de otro cardenal por el esc¨¢ndalo de abusos y en el Parlamento se debaten unos presupuestos con los que Italia desaf¨ªa a Europa. Suena el tel¨¦fono de casa. ¡°Hola, soy Raffaella¡±. Como si fuera su programa. Es la segunda parte de una entrevista larga y algo seria ¡ªculpa del entrevistador, dice ella¡ª a la superdiva de la televisi¨®n, protagonista de todas las revoluciones cat¨®dicas de Italia y parte de Espa?a. Odia los malentendidos, suelta, y prefiere aclarar algunas cosas al tel¨¦fono. ¡°Sabes que mi espa?ol no es exactamente el de la Real Academia¡±. En eso tiene raz¨®n la Carr¨¤. ¡°Por cierto, esta entrevista fue un poco aburrida, ?no? Tanta pol¨ªtica...¡±.

¡ªRaffaella, ?lo podemos contar as¨ª?

¡ªHaz lo que te de la gana. Pero, ?recuerdas que me preguntaste qu¨¦ consejo le dar¨ªa a la Raffaella del pasado y no te contest¨¦? Mira, ahora le dir¨ªa: no hagas esta entrevista, este chico te meter¨¢ en un l¨ªo¡ª suelta con una carcajada antes de colgar.

Rebobinemos dos horas de cinta. Mediod¨ªa del jueves en el barrio de Flaminio en Roma. Primer piso de un angosto apartamento donde cuelgan discos de oro y platino. Fotos de estrellas, dedicatorias. Gianluca, su embajador ante el mundo (ella casi no usa el tel¨¦fono y no le gustan las redes sociales) baja, recibe al periodista y lo acompa?a hasta el despacho. Se abre una puerta y aparece Raffaella Maria Roberta Pellon (Bolonia, 1943). Impecable, con su media melena rubia de siempre y una sonrisa de oreja a oreja. Sencilla y campechana, dir¨ªan en su Espa?a adorada, Raffaella dice lo que le da la gana sin esquivar charcos.

Durante una hora habla de los problemas de Italia, sobre c¨®mo ha cambiado. Fuma sus Muratti, 16 al d¨ªa. Recuerda que durante a?os el pa¨ªs abandon¨® al sur y la gente tuvo que ir a buscarse la vida a Venezuela, Argentina, Chile. Ella lo cont¨® en el programa Carramba ch¨¨ sorpresa (que luego se hizo en Espa?a). Y entonces, ?qu¨¦ le parece esto de que Salvini cierre ahora los puertos a la gente que viene aqu¨ª a buscarse un futuro? ¡°Mire, cerrar los puertos no est¨¢ bien. Pero tampoco que Malta diga que no los quiere. Ahora Salvini es la voz del 60% de los italianos que no quieren ver inmigrantes ya en la calle. Pienso que ser¨ªa mejor un di¨¢logo m¨¢s calmado y distendido. ?l es muy combativo, s¨ª. Pero est¨¢ claro que no podemos tener a toda ?frica en Italia¡±.

La reina de la televisi¨®n es un buen term¨®metro para medir la temperatura del pa¨ªs. Es como si ella viera a trav¨¦s de la pantalla de lo que habla la gente en el sal¨®n de su casa. Tambi¨¦n sobre pol¨ªtica. ¡°Mire, Liga y Movimiento 5 Estrellas no son mi opci¨®n, pero espero que lo hagan bien por el bien del pa¨ªs. Italia ha querido que estos j¨®venes gobiernen, pues vamos a ver d¨®nde nos llevan. Saben hacer su trabajo y tienen alrededor t¨¦cnicos de alto nivel. La gente quer¨ªa un cambio, y por alg¨²n motivo ser¨¢¡±, se?ala, ella que ha sido siempre votante progresista. ¡°Izquierda moderada, ?eh? Nada trotskista o leninista¡±. Entonces sale en la conversaci¨®n el ex primer ministro, Matteo Renzi y la decepci¨®n que provoc¨® en la artista por no ocuparse de los cinco millones de pobres del pa¨ªs. Tambi¨¦n habla de los enchufismos en la tele: ¡°Siempre fue muy sutil. Te llamaba el primo del ministro o el amigo de no s¨¦ qui¨¦n. El t¨ªpico sistema de recomendaci¨®n¡±. O los vicios en el espect¨¢culo: ¡°como mucho me tomaba un capuccino antes de actuar¡± Y, sobre todo, el ¨²ltimo gran levantamiento social de ese entorno: el Me Too.

¡ª?Aqu¨ª no pasaba?

¡ªNo, que yo sepa. Aqu¨ª te invitaban a cenar, te hac¨ªan la corte. Pero en Italia, nunca conoc¨ª casos as¨ª. Y mira, tambi¨¦n te digo que hacerte famosa yendo a la cama con todo el mundo a veces funciona, y a veces no. Pero si t¨² no quieres, no vas. Cada uno reacciona de distintas maneras ante el miedo, no hay duda. Yo le hubiera dado una patada a Weinstein en sus sitios delicados.

Raffaella conoce muy bien a Asia Argento, origen de la denuncia contra Weinstein y con quien comparti¨® un programa durante un par de a?os, y lamenta que ahora se haya quedado sin trabajo tras las acusaciones del joven actor Jimmy Benett. Algo le huele mal, dice a su manera. ¡°A m¨ª me han contado que si un hombre no tiene ganas de sexo, hay algo que no crece¡±.

Al final de la entrevista, Raffaella emula su programa de reencuentros y lanza un mensaje para el Papa Francisco, a quien quiere conocer. Y eso que el Vaticano fue el primero en censurar su estilo hace a?os cuando se atrevi¨® a ense?ar el ombligo en su hist¨®rica coreograf¨ªa en la Rai del Tuca Tuca. . ¡°Ahora se ha puesto en contra del aborto terap¨¦utico, y eso no me gusta tanto. Si t¨² sabes que tienes un ni?o con problemas graves y est¨¢s a tiempo, yo preferir¨ªa que no naciera. Pero adoro a este Papa y me encantar¨ªa conocerle. Libra una gran lucha contra la pobreza, pero est¨¢ muy solo. Rezo por ¨¦l porque tengo miedo de que le hagan algo... A ver si lee esta entrevistra y me inivita¡±. Todo es posible.