La competencia viciosa de Casado y Rivera
La espiral del ruido entre PP y Ciudadanos aboca a la derecha a una tensi¨®n ¨¢spera que puede beneficiar a S¨¢nchez
A la pol¨ªtica, y desde luego a las trincheras de la sesi¨®n de control de los mi¨¦rcoles en San Jer¨®nimo, se va llorado de casa. Aunque la teatralidad pol¨ªtica incluya rasgarse las vestiduras, la?leal oposici¨®n nunca ha existido. Es solo un sintagma ret¨®rico. Y hoy, en el Congreso, se ha vuelto a ver que la metralla verbal va a ser implacable semana tras semana, con un duelo de descalificaciones inmisericordes de Rivera y Casado llamando al presidente fraude, fake, ruina, mentira, peligro y otras tantas lindezas. Pero todo eso est¨¢ m¨¢s o menos descontado. En el juego pol¨ªtico, que no es precisamente un juego sino la lucha encarnizada por el poder, el gobernante no puede esperar cortes¨ªas de sal¨®n. En esa guerra, como en todas las guerras, hay barra libre con el arsenal. Y las jeremiadas del Gobierno lament¨¢ndose por el acoso forman parte tambi¨¦n del teatro como estrategia defensiva para victimizarse y apelar a la simpat¨ªa solidaria de su electorado. Rajoy us¨® a menudo ese recurso, a sabiendas de que iba en el sueldo.
Establecido todo eso, hay l¨ªneas rojas. Una de ellas es que la oposici¨®n se practica en el ¨¢mbito dom¨¦stico, no en las instancias internacionales. Casado puede tratar de desacreditar el proyecto presupuestario virtual de S¨¢nchez tanto como crea por convicci¨®n o por tacticismo, pero la idea de viajar a Bruselas a proclamar que el Gobierno espa?ol ¡°ha enga?ado a Europa¡± y que ¡°Espa?a es un desastre¡± va m¨¢s all¨¢ de los usos aceptables. Est¨¢ por ver, adem¨¢s, que pueda ser eficaz. No parece probable que los mercados vayan a asfixiar a Pedro S¨¢nchez por un plus de ret¨®rica chusca, y tampoco parece probable que nadie en Bruselas vaya a tomar muy en serio a un l¨ªder haciendo ese papel¨®n del patriotismo de hojalata como un personaje de Echegaray: ?lo hacemos por Espa?a, por salvar Espa?a! Bruselas y los mercados tienen mejores argumentos para valorar las debilidades del presupuesto. Entretanto, antes o despu¨¦s Casado descubrir¨¢ que emular el ¡°pedig¨¹e?o¡± de Maastricht o proclamar ¡°v¨¢yase Se?or S¨¢nchez¡± no lo convierten en Aznar, solo en la caricatura del peor Aznar.
El duelo cada vez m¨¢s altisonante de Rivera y Casado ¨Cesta ma?ana el l¨ªder de Ciudadanos ha vuelto a brillar m¨¢s¨C no est¨¢ exento de riesgos. Esa espiral del ruido aboca a la derecha a una tensi¨®n ¨¢spera que, creen algunos asesores en Moncloa, acabar¨¢ beneficiando a S¨¢nchez. Como advert¨ªa Andreotti, ¡°el poder desgasta, sobre todo cuando no se tiene¡±. Y PP y Ciudadanos corren el riesgo de laminarse en una competencia no virtuosa sino viciosa: el pulso apocal¨ªptico que practican tiene l¨ªmites de credibilidad. Proclamar a diario ¡°la ruina¡± o ¡°el infierno fiscal¡± acaba por agotarse. Uno dice "usted es capaz de pactar con los que est¨¢n en la c¨¢rcel para estar un cuarto de hora m¨¢s en La Moncloa", otro habla de ¡°negociar con el terrorista Otegi¡± o de ¡°negociar con golpistas¡±, el otro lo llama ¡°fake¡±, el otro ¡°plagio de Zapatero¡±, el otro clama ¡°?ilegal!¡±... Estos espect¨¢culos sobreactuados de los mi¨¦rcoles deben excitar a sus clientelas, s¨ª, pero efectivamente tambi¨¦n a la clientela de la izquierda, donde el imaginario del d¨®berman siempre ha funcionado bien.
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