?El puto amo?
Todos deber¨ªan celebrar un eventual apoyo de ERC a los Presupuestos del Estado que intent¨® romper
La visita de Iglesias a Junqueras ha provocado una curiosa rabieta en la derecha, que ha visto ah¨ª sombras de una conspiraci¨®n que no percibi¨® cuando Juan Rosell, presidente de la CEOE, acudi¨® d¨ªas antes a la misma prisi¨®n de Lledoners. Supone la derecha que Iglesias entrega la dignidad patri¨®tica y silba mirando hacia otro lado, sin embargo, cuando Rosell asegura que solo intenta aportar ¡°su granito de arena¡±. Ese eterno doble rasero.
En realidad, todos deber¨ªan estar satisfechos de un eventual apoyo de ERC a los Presupuestos del Estado, y no es iron¨ªa. Si las cuentas espa?olas son aprobadas no solo con los votos de PSOE, Unidos Podemos y PNV sino tambi¨¦n de las fuerzas que hace un a?o estaban declarando la independencia del Estado en el que hoy est¨¢n invitados a participar, se est¨¢ produciendo una interesante paradoja que nadie deber¨ªa desaprovechar.
Hace pocos meses, el president Torra llamaba a ¡°atacar a este Estado espa?ol injusto¡±. La propia ERC fue la gran mu?idora de que en 2017 Puigdemont no convocara elecciones para diluir el choque institucional, sino una declaraci¨®n de independencia que les ha llevado a donde est¨¢n. Contemplar hoy la posibilidad de que ambas fuerzas participen en las cuentas de ese Estado ¡°opresor¡± sin cesiones ilegales nos convierte en testigos de un ataque de pragmatismo digno de celebrar.
El PP, por el contrario, ha considerado a Iglesias ¡°el puto amo¡± por ¡°la anomal¨ªa y verg¨¹enza¡± de atreverse a visitar a Junqueras en la c¨¢rcel, en palabras de Mart¨ªnez-Maillo. Pedro S¨¢nchez ha salido al paso desautorizando a Iglesias como negociador en nombre del Gobierno ante la propia divisi¨®n del PSOE. Pero la realidad es que ni los Presupuestos son ilegales, como alega un PP echado al monte, ni visitar a Junqueras lo es, sino acaso un brazo tendido a que Esquerra Republicana de Catalunya juegue de nuevo en el campo de la legalidad.
El PP de Casado juega al hooliganismo con descalabros ret¨®ricos como el de Dolors Montserrat, juega a la derechizaci¨®n con su defensa pomposa del Rey y de la Hispanidad, juega al estereotipo con las descalificaciones de los ni?os andaluces, juega a la maledicencia en Bruselas como un vulgar acusica, y juega a hacernos gracia con el ¡°puto amo¡±. A¨²n estamos esperando una oposici¨®n de verdad.
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