Ni torpes ni sumisos
Los pol¨ªticos jam¨¢s deber¨ªan utilizar a una parte de la poblaci¨®n para atacar al adversario
Cuando Teresa Rodriguez, la l¨ªder de Podemos en Andaluc¨ªa, declar¨® en septiembre que ¡°Canal Sur es una r¨¦mora para el desarrollo andaluz, una losa que no nos merecemos¡±, me sorprendi¨® gratamente. Pens¨¦, al fin alguien establec¨ªa una relaci¨®n entre el populacherismo televisado y la condena que supone para un pueblo ser aleccionado por un folclorismo constante que no define en absoluto la riqueza cultural del sur, y act¨²a sobre los andaluces como si fueran incapaces de producir algo que no sea artisteo baratuno. Y es radicalmente incierto, aunque criticar a Canal Sur sea un tab¨², como lo es cuestionar a qu¨¦ responde la agenda p¨²blica referida a la cultura y de qu¨¦ manera aleccionar al pueblo a que responda al estereotipo acaba por reforzarlo. Los c¨ªnicos sol¨ªan responsabilizar al espectador de dejarse arrastrar por el camino de la incultura, pero ese tipo de cinismo ha de ser reprobado: sabemos muy bien que hay pobre gente que no posee otro medio de entretenimiento o compa?¨ªa que el que se le ofrece. Que la libre elecci¨®n ya es en s¨ª un privilegio.
Las declaraciones de Isabel Garc¨ªa Tejerina sobre el atraso escolar de los ni?os andaluces pon¨ªan el acento de nuevo en quienes reciben la educaci¨®n y no en quienes la proyectan. No debi¨¦ramos extra?arnos de la extrema sensibilidad con la que han sido recibidas sus palabras porque si hay algo de lo que pueden estar hartos los andaluces es de su eterna caricatura: vagos, incapaces de progresar y regode¨¢ndose felizmente en su atraso.
Los pol¨ªticos, que son los obligados a hacer uso de la correcci¨®n pol¨ªtica (aunque estos tiempos dicten lo contrario), jam¨¢s deber¨ªan utilizar a una parte de la poblaci¨®n para atacar al adversario. Es perfectamente comprensible que los padres y las madres enfurezcan si sus ni?os son situados en el batall¨®n de los torpes. As¨ª no. Ni es cierto, ni esa t¨¢ctica ha funcionado jam¨¢s. Lo ¨²nico que ha conseguido Tejerina es que Susana D¨ªaz, una vez m¨¢s, se haya envuelto en la bandera andaluza y haya defendido a ¡°sus ni?os¡±. Yo me revuelvo ante esa apropiaci¨®n abusiva de la infancia: los ni?os no son de nadie, de nadie, y a un tiempo representan un bien com¨²n. De la misma forma que no es leg¨ªtimo usarlos contra un partido en campa?a, tampoco han de convertirse en escudo protector de quien ha de rendir cuentas de asignaturas pendientes.
La educaci¨®n es otro de los tab¨²es de la comunidad andaluza. Si alguien osa hacer una cr¨ªtica sobre el funcionamiento de su sistema educativo es definido de inmediato como enemigo del pueblo. Pero el amor no se manifiesta con la complacencia y la docilidad. Es m¨¢s, el sentido cr¨ªtico hacia lo propio es una muestra de compromiso. Por Dios, no es necesario decir que los ni?os andaluces son de 10 y los profesores tambi¨¦n. Qu¨¦ est¨²pida idea es esa de la educaci¨®n: ?Las notas? ?La adulaci¨®n? Lo que hace falta es investigar los fallos del sistema, entre los que confluyen el recorte de recursos, el paro lacerante que genera zonas de exclusi¨®n, el elevado abandono escolar, y la necesidad urgente de una agitaci¨®n social que prestigie la educaci¨®n, que la convierta en algo deseable por lo que menos recursos tienen. No, no tienen la culpa ni los espectadores ni los ni?os. Ni tampoco el enfermo de las listas de espera. En cuanto al amor, tambi¨¦n se practica exigiendo y diciendo la verdad. Ni torpes, ni sumisos.
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