La hora del cachorro anti estr¨¦s que solivianta a los animalistas
La Universidad de ?msterdam permite a sus estudiantes que acaricien perritos durante la semana de ex¨¢menes. Asociaciones protectoras de animales alegan que "no es una actividad buena para los canes"
En una escena de la pel¨ªcula Polic¨ªa montada del Canad¨¢ (1940), del director estadounidense Cecil B. DeMille, los agentes son animados a "acariciar al caballo", durante su adiestramiento para relajarle. La Universidad de ?msterdam le ha dado la vuelta al ejercicio, y pensando en el estr¨¦s que sufren los estudiantes durante los ex¨¢menes, ha dedicado una sala de la biblioteca para que acaricien a diez cachorros de perro. Las sesiones, programadas para este lunes y martes, duran 15 minutos, no pueden superar las dos horas en total, y las 160 plazas ofertadas ya est¨¢n llenas. Solo hay un problema: la Asociaci¨®n Protectora de los Perros, encargada de supervisar su bienestar, dice que no es bueno para los animales. En todo caso, habr¨ªa que elegir un ejemplar adulto.
La biblioteca, situada en el centro de ?msterdam, se qued¨® sin entradas a los 45 minutos de abrir la inscripci¨®n, y ha hecho lo posible por evitar da?os a las cr¨ªas. A la sala de mimos solo pueden acudir una decena de estudiantes cada 15 minutos. Hay tambi¨¦n un veterinario diplomado para cuidar la salud de los animales, que nos los perder¨¢ de vista ni un momento.
"Es verdad que los perros ayudan a reducir el estr¨¦s de las personas, y es estupendo reconocerles un sitio en nuestra sociedad, pero las organizaciones especializadas nunca trabajan con cachorros", seg¨²n argumentan portavoces de la Protectora.
En otras palabras, el estr¨¦s pueden acabar teni¨¦ndolo los animales, que no siempre est¨¢n contentos cuando mueven la cola. Para eso, ha a?adido su directora, Ineke van Herwijnen, a la radio nacional (NOS), "hay fundaciones como Perros de Ayuda, que alivian la soledad de las personas, ya sea porque son mayores o est¨¢n enfermas". El Partido para los Animales, por su parte, ha calificado de "poco adecuada" una actividad de estas caracter¨ªsticas, y pidi¨® al Ayuntamiento que lo impidiera.
En su defensa, en ?msterdam recuerdan que hay experiencias similares en el Reino Unido, en las Universidades de Bristol y Nottingham, y los propios alumnos solicitaron algo similar. Seg¨²n la revista universitaria, Folia, la sala se ha acondicionado porque fue la petici¨®n m¨¢s popular recogida en una encuesta efectuada entre los estudiantes. Contar con una actividad as¨ª equival¨ªa a disponer de la biblioteca ideal. El coste del experimento asciende a 400 euros, abonados por la universidad.
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