P¨¢jaros y escopetas

Una de las paradojas m¨¢s descriptivas de nuestro tiempo es que un periodista haya sido descuartizado vivo en el pa¨ªs que m¨¢s periodistas en prisi¨®n tiene, para lo cual tuvo que salir un momento de ese pa¨ªs y entrar en un consulado. Eso ha desencadenado un apabullante movimiento geopol¨ªtico: Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turqu¨ªa, anunciando conmovedoramente el asesinato de Jamal Khashoggi en la legaci¨®n diplom¨¢tica saud¨ª y declarando que no cejar¨¢ en su empe?o hasta juzgar a los culpables. Con suerte, Turqu¨ªa condenar¨¢ a los asesinos de un periodista a las mismas c¨¢rceles en las que cumplen sus penas los periodistas cr¨ªticos con Turqu¨ªa. Solo entre 2016 y 2017, el pa¨ªs conden¨® a prisi¨®n a 140 reporteros. ¡°Es la mayor c¨¢rcel del mundo para periodistas (¡­) Defender la independencia informativa tiene solo dos salidas: el calabozo o el exilio¡±, escribi¨® al respecto, en 2017, Rosario G. G¨®mez en EL PA?S.

Realpolitik es acostumbrarse a que los ladrones encabecen la denuncia de los asesinos y las v¨ªctimas hagan negocios con los dos. Pero, sobre todo, realpolitik tambi¨¦n es fingir que no se sabe qui¨¦n es cada cual, por eso el primer adjetivo endosado al asesinato de Khashoggi es el de ¡°inc¨®modo¡±. Para todos, obviando la macabra iron¨ªa de que lo ha sido principalmente para ¨¦l mismo. No el asesinato en s¨ª, precisemos, sino su difusi¨®n. El c¨ªnico drama internacional es que semejante crimen haya salido de las tinieblas en las que fue concebido y ejecutado, y por tanto obligar a todo el mundo a posicionarse ante una situaci¨®n moralmente inadmisible, comercialmente perjudicial y diplom¨¢ticamente da?ino. Quiz¨¢s en alg¨²n momento Arabia Saud¨ª pens¨® que pod¨ªa hacer desaparecer o devolver al mundo a un doble con sus ropas, a un columnista saud¨ª de The Washington Post cr¨ªtico de un pa¨ªs del que huy¨®; habr¨ªa que ver qu¨¦ art¨ªculos ten¨ªa pensado escribir.

Uno de los infortunios de que te pillen haciendo algo es que los dem¨¢s piensen, autom¨¢ticamente, en todas las veces que no te pillaron. Otra incomodidad es obligar a tus aliados a posicionarse o a fingir que se posicionan, amagando con medidas dur¨ªsimas, gritando ¡°qu¨¦ esc¨¢ndalo, aqu¨ª se juega¡± mientras alguien les tira de la manga diciendo ¡°sus ganancias, gracias¡±. As¨ª est¨¢n ahora las piezas del tablero a falta de algunos ajustes electorales. El mayor carcelero de periodistas del planeta se promueve como justiciero del oficio y Espa?a rechaza vetar la venta de armas a Riad porque la integridad, no nos enga?emos, tiene que ver con la necesidad. O dicho de todo modo: para ser fiel a tus principios no se necesita otra cosa que aplicarlos; para ser casi fiel, hay que hacerlo pensando en las consecuencias. O asumir el precio que tienen. Barato en Galicia, muy caro en C¨¢diz.

Angela Merkel y Pedro S¨¢nchez saben qu¨¦ basurero de la historia es el reino ultraconservador de Arabia Saud¨ª, una dictadura que viola los derechos elementales y acumula ejecuciones p¨²blicas; si la ejecuci¨®n se escapa a la shar¨ªa, Merkel puede darse el lujo de dec¨ªrselo de un modo, y S¨¢nchez de otro. Y as¨ª, con las partes de Khashoggi desperdigadas, se olvida el otro gran foco internacional en el que el mundo y sus medios de comunicaci¨®n estaban inmersos desde hace dos meses, cuando Arabia Saud¨ª bombarde¨® un autob¨²s escolar matando a 26 ni?os en Dahian, Yemen. Los famos¨ªsimos 26 ni?os de Dahian, que acabo de ir a Google para saber de ellos. Muertos por unas armas que Arabia Saud¨ª, ins¨®litamente, compr¨® para usarlas.