En el sal¨®n
En la pol¨ªtica espa?ola se confunden los espacios y hay quien se comporta en la cocina como si estuviera en el cuarto de ba?o
![Joan Tard¨¢, diputado de ERC, durante su comparecenc¨ªa en el Congreso el pasado mi¨¦rcoles.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RQ3Q5Q6COFSYZX5CSZ4HA4Z3II.jpg?auth=d3f940c736a82ba7def2364220140f5a356e7dd5d3bd06e6678c91dcb7528da6&width=414)
Una familia educada sabe que cada instancia de la casa tiene sus propias normas de comportamiento. Seg¨²n el machismo galante, antiguamente se dec¨ªa que la mujer perfecta deb¨ªa ser una dama en el sal¨®n, una artista en la cocina y una casquivana en la cama. En contrapartida, el feminismo rampante obliga hoy al var¨®n a ser en el sal¨®n un perfecto caballero, en la cocina un colega siempre dispuesto a fregar los platos y en la cama un amante leal, apasionado y divertido. No se habla del cuarto de ba?o, donde en todo caso, hombre o mujer, se puede ser limpio y elegante o un cerdo. En la pol¨ªtica tambi¨¦n existen distintos espacios, cada uno con unas reglas muy estrictas. En el Parlamento, como en el sal¨®n de casa, se defienden p¨²blicamente los derechos humanos, se permite so?ar con la independencia o con la unidad indisoluble de la patria, se establecen los buenos deseos de libertad y de justicia envueltos con grandes palabras. Estas cuestiones et¨¦reas no se debaten en la cocina donde se guisa la inmediata realidad parda de cada d¨ªa. No es imaginable que una familia bien educada confunda los espacios y se comporte ante las visitas en el sal¨®n como en la alcoba y en la cocina como si estuviera en el cuarto de ba?o, cosa que, en efecto, sucede en la pol¨ªtica espa?ola cuando en el sal¨®n se debaten los grandes problemas y de pronto se oye que alguien arriba ha tirado de la cadena del v¨¢ter y todos los ideales de paz, de consenso, de entendimiento, de di¨¢logo han sido arrastrados hacia el desag¨¹e por un torrente de mierda. Algunos diputados muy patriotas se comportan en el sal¨®n como en el retrete, los soberanistas catalanes guisan su ideal de independencia a medias con un mejunje de garbanzos que produce un flato insoportable y, por su parte, los medios de comunicaci¨®n han convertido la pol¨ªtica espa?ola en una imp¨²dica cama redonda. Eso es todo.
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