Guerra de posiciones
S¨¢nchez se dibuja como moderado frente a una derecha intransigente; Casado se posiciona como l¨ªder de la oposici¨®n que no perdona ni una
En su reci¨¦n publicado The coddling of the american mind, el psic¨®logo Jonathan Haidt y el abogado Greg Lukianoff hablan del t¨¦rmino concept creep. Es algo as¨ª como un ¡°deslizamiento sem¨¢ntico¡± o conceptual, un proceso por el cual un concepto acaba definiendo o englobando cada vez m¨¢s situaciones: ¡°los conceptos se han deslizado hacia abajo, y se aplican a situaciones menos severas, y hacia fuera, para abarcar fen¨®menos nuevos pero conceptualmente relacionados¡±. Los autores lo utilizan para explicar una mayor ¡°psicologizaci¨®n¡± de los conflictos pol¨ªticos, especialmente en las universidades estadounidenses, pero tambi¨¦n en redes sociales (donde abunda una hipersensibilidad narcisista y dogm¨¢tica) y en una parte del activismo de izquierdas. Cada vez m¨¢s cosas, y menos graves, son trauma, violencia, genocidio, golpe de Estado, fascismo.
El deslizamiento sem¨¢ntico es muy com¨²n en la pol¨ªtica, que es muy dada a la hip¨¦rbole, especialmente en ¨¦pocas de polarizaci¨®n. A veces es simplemente una maniobra de diferenciaci¨®n. Exageramos al describir a nuestro enemigo para que no se nos pueda asociar m¨ªnimamente a ¨¦l. La hip¨¦rbole no sirve tanto para definir al adversario como para definirnos a nosotros. Decir que Pablo Casado es de extrema derecha, o que S¨¢nchez es c¨®mplice de un golpe de Estado, no sirve m¨¢s que para definir al emisor, a quien le preocupa mucho que no le vean perdonando nada al adversario.
Desde que Pedro S¨¢nchez lleg¨® al Gobierno, PP y Ciudadanos han hecho una oposici¨®n dura. Le han llamado presidente ileg¨ªtimo, golpista, okupa. Al principio los m¨¢s duros fueron Ciudadanos, acusando al presidente de no haber salido de las urnas y luego de ser un plagiario. Esto los convirti¨® en l¨ªderes de la oposici¨®n de facto. Pero ahora Casado se ha propuesto recuperar la t¨ªpica deslealtad del PP en la oposici¨®n. La semana pasada acus¨® a S¨¢nchez de ser c¨®mplice de un golpe de Estado. El presidente entonces anunci¨® que cortaba relaciones con Casado. Es una reacci¨®n sorprendente: desde ERC y el independentismo S¨¢nchez ha recibido descalificativos mucho peores, y la voluntad de di¨¢logo no desaparece. El mejor aliado del crispador es un adversario que se ofende demasiado f¨¢cilmente. Pero es una sobreactuaci¨®n medida. S¨¢nchez se dibuja como moderado frente a una derecha intransigente; Casado se posiciona como l¨ªder de la oposici¨®n que no perdona ni una.
Al final lo que queda es una guerra de posiciones. Uno se define por c¨®mo responde al adversario. Es cierto que la oposici¨®n al Gobierno es a menudo rid¨ªcula, desleal y sobreactuada. Ciudadanos ha sufrido un giro derechista, y sobre todo se ha convertido en un partido bronco, y abusa de una ret¨®rica c¨ªnica y burlona. Ahora compite con el PP por ah¨ª. Pero es innegable que el PSOE lleg¨® al poder trazando unas l¨ªneas claras: nosotros estamos en el bando del Bien, y quien discrepe se coloca autom¨¢ticamente en el del Mal. Y en eso se parece demasiado a sus adversarios m¨¢s desleales, a pesar de que habl¨® de ¡°dignificar¡± la pol¨ªtica y las instituciones.
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