Las verdades arriesgadas de Emmanuel Carr¨¨re
El escritor, guionista y cineasta franc¨¦s lleva d¨¦cadas retorciendo los l¨ªmites entre realidad y ficci¨®n. Un d¨ªa est¨¢ en Calais escribiendo sobre inmigraci¨®n, al siguiente en casa preparando un filme de ciencia ficci¨®n
Si vi¨¦ramos la bibliograf¨ªa de un autor como el corte del tronco de un ¨¢rbol, contar¨ªamos sus libros en los anillos: unos prominentes, otros menos visibles, unos m¨¢s lejanos entre s¨ª. Emmanuel Carr¨¨re (Par¨ªs, 1957) viaja por el mundo con todos esos proyectos: los mantiene en movimiento como platos chinos, los cuida como un tutor responsable. ¡°Ya s¨¦ que toda mi vida tendr¨¦ que hablar de El adversario o Lim¨®nov¡±, dice. ¡°Lo llevo bien. Yo lo he querido as¨ª¡±.
En nuestro fugaz encuentro en Madrid, el escritor da la impresi¨®n de ser un hombre educado, simp¨¢tico y profesional. Qui¨¦n no lo ser¨ªa cuando recibe un premio (el de Lenguas Romances 2017 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, M¨¦xico). Pero, a falta de pruebas de lo contrario, convendremos que ese es Carr¨¨re, precursor de la novela de no ficci¨®n, autor de olfato, enorme escritor. Aqu¨ª est¨¢: fiel a ese aspecto de los retratos de sus libros (todos en Anagrama), con ese no se qu¨¦ como de profesor de k¨¢rate, o de anuncio de aftershave, y un envidiable mapa de arrugas faciales. Podr¨ªa ser actor: se nos suele olvidar que ¨¦l surgi¨® del cine. ¡°Y en ello estoy trabajando ahora mismo¡±, dir¨¢ luego.
Pero empecemos por lo m¨¢s reciente: su ¨²ltimo libro. Es como ese tronco cortado: una miscel¨¢nea de textos escritos entre 1990 y 2015 donde se deslizan las ideas y los personajes que le acompa?an desde hace cuatro d¨¦cadas: el asesino y mentiroso patol¨®gico Jean-Claude Roman (El adversario), el histri¨®nico escritor y pol¨ªtico Lim¨®nov, el esquizoide escritor de ciencia ficci¨®n Philip K. Dick (biografiado en Yo estoy vivo y vosotros est¨¢is muertos), su pa¨ªs talism¨¢n (Una novela rusa), el ideario cristiano (El reino). ¡°Eleg¨ª un mal t¨ªtulo esta ¨²ltima vez, ?no crees?¡±. Le digo que no me lo parece, pero ¨¦l insiste. ¡°Tal vez a los escritores nos gusta, pero no, no es bueno, la gente no se queda con ¨¦l¡±. ?C¨®mo sali¨®? ¡°Lo saqu¨¦ del I Ching. Pregunt¨¦ un t¨ªtulo y sali¨® eso: Conviene tener un sitio donde ir [Anagrama, 2017]¡±.
¡°El cine es el perfecto equilibrio para un escritor: el enorme alivio de trabajar con otra gente frente al trabajo solitario de escribir libros. Me encanta. Y adem¨¢s he tenido la suerte de dirigir mis pel¨ªculas¡±
Pr¨¢cticamente en esas mismas fechas vio la luz Calais. ¡°?Pero eso no es un libro, es un art¨ªculo!¡±, prorrumpe con un enfado impaciente muy parisino. Bueno, su editorial espa?ola comercializ¨® como libro ese gran reportaje de 80 p¨¢ginas sobre la ciudad portuaria francesa donde se levant¨® el campo de refugiados ilegal que, en 2015, lleg¨® a alojar hasta 10.000 habitantes. Con inteligencia y elegancia, Carr¨¨re eludi¨® cualquier descripci¨®n de la jungla ¨Centonces visitada a diario por celebrities de todo pelaje: de Michael Haneke a Pamela Anderson¨C, y se concentr¨® en el trabajo menos fotog¨¦nico de hablar de lo que vio alrededor: una ciudad dividida en pro y antiemigrantes.
Con la noticia del Aquarius en todos los telediarios ¨Cesta entrevista se realiza en pleno verano¨C y Europa muy sensible al extranjero, le preguntamos si ha cambiado su postura. ¡°Por supuesto sigo del lado de la hospitalidad y la generosidad, pero me incomoda predicar p¨²blicamente virtudes que en el fondo no me cuestan nada¡±. Le recordamos algo m¨¢s inc¨®modo: c¨®mo la escritura de Calais se vio determinada por la intervenci¨®n de una mujer que le sac¨® los colores con una carta an¨®nima a su llegada a aquella ciudad. ¡°?Usted tambi¨¦n, Carr¨¨re?¡±, le reprochaba. ¡°?Cree que va a hacerlo mejor que los dem¨¢s? Su trabajo fracasar¨¢¡±.
?C¨®mo reaccion¨® al recibir esa carta y c¨®mo gestiona fama y anonimato? Pens¨¦ que ten¨ªa raz¨®n. No ten¨ªa motivos para avergonzarme, pero me pareci¨® que pon¨ªa el dedo en la llaga. Poco despu¨¦s me di cuenta de que la manera adecuada de afrontar el reportaje era justamente aceptando esa cr¨ªtica.
¡°Cuando est¨¢s reportando y la gente te reconoce por tus libros es malo ser reconocido¡±, contesta ahora a la segunda pregunta. ¡°Pero yo no estoy en ese rango de escritores tan conocidos¡±. Es, sin embargo, un ¨ªdolo entre sus lectores, que esperan pacientes cada nuevo trabajo suyo mientras siguen galvanizados por los personajes que ¨Cpensemos que El adversario fue comparado con A sangre fr¨ªa, la obra maestra de Truman Capote¨C tambi¨¦n le cambiaron la vida al autor.
Entre bi¨®grafo y biografiado, dice, ¡°hay una relaci¨®n muy clara y as¨ª debe ser. Con Roman ya no tengo contacto. Desde hace mucho tiempo. No por nada; simplemente las cartas se volvieron m¨¢s y m¨¢s distanciadas con el tiempo. Si ma?ana me escribe le contestar¨¦ de inmediato, pero ni ¨¦l ni yo hemos hecho nada para retomar el contacto. Con Lim¨®nov s¨ª me tomo algo cuando voy a Mosc¨². No somos amigos, pero tenemos una relaci¨®n cordial¡±.
Para relaciones incondicionales, sus lecturas: ¡°Mis maestros: Kapuscinski, Svetlana Aleksi¨¦vich, los franceses y rusos del XIX, la ciencia ficci¨®n¡ Soy un lector muy ecum¨¦nico¡±. ?Y de d¨®nde salen sus proyectos? ¡°Unas historias aparecen, otras las busca uno, y el estado de ¨¢nimo puede determinar que se presenten o no. Obviamente interesa estar abierto a que las cosas lleguen. Aunque a veces intento estar muy abierto y voluntarioso y no ocurre nada¡±.
Y ahora s¨ª, habla de cine: ¡°Es el perfecto equilibrio para un escritor: el enorme alivio de trabajar con otra gente frente al trabajo solitario de escribir libros. Me encanta. Y adem¨¢s he tenido la inmensa suerte de dirigir mis pel¨ªculas¡±. Ahora trabaja en un documental. ¡°Es una preparaci¨®n para una pel¨ªcula de ficci¨®n¡±. Y hasta ah¨ª puede leer: el argumento est¨¢ bajo siete llaves, y solo puede decir que ¡°es un extra?o tipo de ficci¨®n escrita por m¨ª mismo¡±. Con esa duda nos deja.
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