Hasta luego, Twitter
Razones para tomarse un respiro de la red social
Twitter est¨¢ lleno de tesoros. Es un lugar de encuentros, un sitio para hacer amigos. Consigues, a su trav¨¦s, informaci¨®n y debate, y puedes estar horas y horas subiendo y bajando por su escala (celestial, infernal, a partes iguales) para encontrar controversia, buenos deseos o alegr¨ªa.
Y Twitter es tambi¨¦n todo lo contrario. Es un terreno enfangado en el que unos y otros nos enzarzamos en luchas de egos, en debates que buscan afirmar unas ideas contra otras, sin que entre por ninguna de las partes el aire de la raz¨®n ajena. Es un sitio de desp¨®ticos, de an¨®nimos, de totalitarios del pensamiento.
Para una cosa y la otra, para el tesoro y para el desd¨¦n, hay sitio; y para todas las imposturas el sistema creado por sus inteligentes inventores hay ant¨ªdotos. En este sentido, debo contar un sucedido propio: hace una semana bloque¨¦ a un conocido pol¨ªtico, que utilizaba Twitter, a mi juicio, como un arma estropeada, no solo para discrepar o da?ar, sino para herir.
Pero desde ma?ana a las 12 del mediod¨ªa voy a dejar esta red. Sin pesar, pidiendo disculpas a aquellos a los que he ofendido o desconcertado
— Juan Cruz Ruiz (@cosmejuan) October 29, 2018
Me cost¨® bloquearlo, pero lo hice. Quiz¨¢ ¨¦l pod¨ªa tener tantos argumentos para bloquearme a m¨ª como aquellos que me sirvieron para certificar su adi¨®s. Por esas fechas, y por hacer esto, algunos usuarios tomaron la decisi¨®n de bloquearme a m¨ª. Mi tr¨¢nsito por Twitter ha tenido otros incidentes, pero este en particular me parece simb¨®lico de lo que sucede.
Siendo, como es, un instrumento social de indudable inter¨¦s, est¨¢ siendo utilizado para defender y atacar porque s¨ª. El t¨¦rmino medio, el sitio en el que se pueden encontrar las razones ajenas, est¨¢ siendo destruido en esta modalidad de conversaci¨®n. El destrozo es dram¨¢tico, a mi juicio, porque se est¨¢ llevando a cabo sin que nos demos cuenta de que est¨¢ ocurriendo este da?o; se estima que este es un signo de los tiempos, y que este tiempo genera y merece estos desprop¨®sitos que incluyen insulto y escarnio, burla y despotismo.
He sufrido todo esto en primera persona, y desde mi primera persona yo mismo he perpetrado hechos de los que me culpo, que no son privativos, desgraciadamente, de mi propia mala intenci¨®n o mala conducta, sino que son observables en gran parte de los que nos servimos de este ¨®rgano de comunicaci¨®n.
Quiero contribuir a que se cambie este orden de cosas y¨¦ndome de Twitter. Le he tomado mucho cari?o a este club, en el que hay personas a las que tengo admiraci¨®n y afecto. Y ahora perder¨¦ su palabra y su calor. Pero siento que es hora de abandonar para ayudar, si es posible, a reflexionar sobre las circunstancias en que ha incurrido el sistema. Seguramente (es decir, con toda seguridad), no servir¨¢ de nada, pero creo que una pausa servir¨¢ para que este club, al que tanto aprecio, me reciba de refresco cuando haya dilucidado los nubarrones que me suscita este mundo raro en el que tanta gente magn¨ªfica genera ideas que a veces se esparcen en el desierto.
S¨ªguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.