Celos¨ªa como pretecnolog¨ªa futurista
En Senegal, el grupo IDOM ha levantado un aulario para la universidad de Bambey utilizando tres elementos y tres ideas
Las claves para poder habitar en Senegal son muy sencillas: solo se puede vivir con sombra y con agua. A partir de ah¨ª, un arquitecto tiene que pensar tanto en el usuario como en el constructor. Construir en buena parte del continente africano supone convertirse en inventor para poder suplir los materiales.
En Bambey, la capital de la regi¨®n Diourbel al oeste del pa¨ªs, la empresa espa?ola IDOM? ha levantado un aulario-auditorio con poco m¨¢s de tres ideas.
La primera es un cl¨¢sico de la arquitectura expuesta al sol: una celos¨ªa, en forma de L, act¨²a de escudo, evita la radiaci¨®n directa en el lado sur del edificio. Adem¨¢s, crea un efecto venturi, es decir, un flujo de aire constante que reduce la temperatura interior entre 10 y 15? grados. De este modo, a 30 grados, uno se distrae menos en clase que a 45. Para construir la celos¨ªa, los arquitectos redujeron la complejidad a un ¨²nico elemento: un bloque de hormig¨®n artesano. La construcci¨®n de los 20.000 bloques que componen la celos¨ªa dio trabajo a 100 obreros durante seis meses. Y cuaj¨® un muro perforado, modular y, por supuesto, ventilado.
La segunda idea es una cubierta de chapa, con aislamiento de fibras mineralizadas, inclinada ¡ªpara recoger las aguas pluviales¡ª y sobredimensionada, para proyectar 10 metros de porche y llevar sombra a las aulas.
La tercera es tan b¨¢sica como fundamental: unas balsas en las que se ha hecho crecer la vegetaci¨®n, recogen el agua de lluvia, a modo de meandro natural. Buscan crear las condiciones de desarrollo de la vegetaci¨®n aut¨®ctona. As¨ª, un sistema de depuraci¨®n mediante fangos permite la depuraci¨®n de las aguas del saneamiento, que, una vez depuradas, vuelven a alimentar la vegetaci¨®n.
Fue en el campus de 1.500 estudiantes donde los arquitectos encontraron las claves para trabajar. Observaron que todos los estudiantes se iban bajo el gran baobab. Vieron que la sombra y la frescura eran el cobijo. ¡°El proyecto pretende responder a este contexto como la m¨¢quina perfecta, bella en su eficiencia y sin motor¡±, explican sus autores. Pretecnolog¨ªa como soluci¨®n de futuro.
El proyecto apunta una manera sostenible de trabajar. El edificio es hermoso y tiene en cuenta al usuario. El coste de llevar experiencia a ?frica todav¨ªa resulta caro: 776 euros por metro cuadrado.
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