Meghan Markle y su asistenta

Despu¨¦s de comprobar que su asistente personal no estaba de pie al lado de su cama como de costumbre, Meghan Markle cogi¨® papel y pluma y dict¨® esta carta:

Querida Melissa, esta ma?ana, me he despertado con el gorjeo de los p¨¢jaros. Como bien sabr¨¢s si esos encantadores animalillos se posan en el alf¨¦izar de mi ventana y trinan es porque mi marido, el pr¨ªncipe Enrique, as¨ª lo ha dispuesto; y soy consciente de que cada vez le resulta m¨¢s dif¨ªcil porque se les est¨¢ subiendo la fama a la cabecita, a los jilgueros digo, y piden m¨¢s y m¨¢s alpiste¡­ ?ratas del aire! (?O eso eran las palomas? Bueno da igual). En lo primero que he pensado al abrir mis reales ojos ha sido: 'Aqu¨ª comienza otro maravilloso d¨ªa en el que no podr¨¦ cruzarme de piernas, ponerme escote, calzarme unas plataformas, comer marisco, jugar al Monopoly, trastear por las redes sociales, sonre¨ªr m¨¢s de la cuenta, hacerme un selfie, quedarme traspuesta antes que la abuela de mi marido¡­'. En fin¡­ ?La vida es maravillosa para m¨ª! Pero algo ha ensombrecido este momento tempranero de felicidad, T? no estabas en la habitaci¨®n velando por m¨ª. Desconozco el motivo de tu ausencia ?Acaso has tenido que ir al excusado? Y si es as¨ª: ?No puedes hacerlo cuando a m¨ª me venga bien? ?tan ego¨ªsta eres que antepones tus necesidades fisiol¨®gicas a mis intereses? No, no puede ser esta la raz¨®n. Pero ?Cu¨¢l es? ?Un imprevisto? ?Un imponderable? ?En tu vida se pueden dar situaciones de este tipo? No, tampoco lo veo probable ?entonces? ?Oh no! ?No puede ser! ?En serio? No, no, mi cabeza, otrora plebeya ahora real se niega a creerlo: ?Es posible que te hayas despedido? Pero ?Por qu¨¦? ?Por los malos gestos? ?Los cambios de humor? ?Los gritos? ?Los portazos?

Te pido que reconsideres tu decisi¨®n alima?a con mechas y vuelvas a mi lado. Te espero con los brazos abiertos.

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