Alarma
No todos los facinerosos que violan nuestra seguridad entran por la puerta de la calle con una pistola o un cuchillo
A trav¨¦s de la radio, la publicidad de una empresa de seguridad nos hace saber de forma obsesiva que el mundo est¨¢ lleno de maleantes que pueden violar nuestra casa a cualquier hora del d¨ªa y de la noche. El anuncio nos propone una soluci¨®n perentoria. Hay que instalar cuanto antes un sistema de alarma para evitar que nos desvalijen los ladrones. En efecto, eso les sucedi¨® hace poco a unos amigos m¨ªos, una pareja con tres hijas. De madrugada, mientras la familia dorm¨ªa, penetraron unos ladrones en su apartamento y se abrieron paso sigilosamente en la oscuridad con una linterna por todas las habitaciones. Solo se despert¨® la hija peque?a de 12 a?os y desde la cama vio con terror c¨®mo una sombra entraba en su alcoba, abr¨ªa los cajones del armario y se llevaba unas alhajas. Permaneci¨® callada. Se hizo la dormida. Cuando el ladr¨®n, que se hab¨ªa dado cuenta, termin¨® su trabajo, se acerc¨® a la ni?a y en voz baja para no despertar a sus hermanas le dijo al o¨ªdo: ¡°Te has portado muy bien¡±. La sombra desapareci¨®. A cada rato se repite esta publicidad paranoica. Ponga usted, como lo han hecho ya sus vecinos, una alarma en casa. El anuncio viene directamente avalado con las noticias ver¨ªdicas de cr¨ªmenes, robos y atracos que se producen a diario. Pero no todos los facinerosos que violan nuestra seguridad entran por la puerta de la calle con una pistola o un cuchillo. En esa tableta que usa Caperucita para sus juegos se puede colar un lobo a trav¨¦s de las redes dispuesto a devorarla; tambi¨¦n atraviesa cada d¨ªa las paredes de nuestro hogar toda la basura digital, cargada de odio y estupideces, ante la que estamos desprotegidos y nos vemos obligados a tragar. Estos maleantes invisibles nos llenan de mierda el cerebro durante el d¨ªa y se meten de noche en nuestra cama, pero contra ese grave peligro nadie ha inventado todav¨ªa una alarma.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.