Cambio en la patronal

La Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE) es una pieza clave del di¨¢logo social junto con los sindicatos. El nombramiento de Antonio Garamendi como su presidente en sustituci¨®n de Juan Rosell no es un hecho trivial, en tanto que los empresarios participan en la conformaci¨®n de decisiones econ¨®micas cruciales para la econom¨ªa espa?ola. El nuevo presidente se ha esforzado en marcar una distancia prudencial con su antecesor cuando se declar¨® partidario de defender una Espa?a ¡°moderna, plural y unida, sin complejos¡±, en referencia quiz¨¢ a la visita de Rosell a Oriol Junqueras en la c¨¢rcel de Lledoners, y protest¨® ante la vicepresidenta Carmen Calvo por lo que consider¨® un ninguneo a los empresarios en la decisi¨®n de subir el salario m¨ªnimo un 22%.

Rosell ha conseguido durante su mandato recuperar una parte del prestigio perdido por la CEOE durante la presidencia convulsa de Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n. Al margen de sus declaraciones pol¨ªticas, lo que cabe exigir al nuevo presidente es que haga efectivo su deseo de ¡°dialogar y seguir dialogando con el Gobierno leg¨ªtimo de Espa?a¡±. Convendr¨ªa, no obstante, que ampliara su entusiasmo dialogante a los sindicatos, sin los que ning¨²n acuerdo social es posible. La CEOE deber¨ªa contribuir a un clima de entendimiento con las organizaciones sindicales. El pragmatismo suele dar buenos resultados cuando se enfrentan posiciones distintas; la confrontaci¨®n visceral solo deja cuentas pendientes que hay que resolver tarde y mal. La patronal puede ofrecer hoy un activo de gran valor: la disposici¨®n a la negociaci¨®n en una etapa en la que es conveniente revisar la legislaci¨®n laboral. En este punto se demostrar¨¢ el talante negociador de Garamendi. La crisis ha pasado, las necesidades de ajuste de rentas se han mitigado y parece llegado el momento de pactar cambios en las relaciones laborales. La precariedad contractual no es el mejor modelo para sostener el crecimiento econ¨®mico, ni el bienestar; es de suma importancia que los empresarios admitan esa realidad y contribuyan a imponer un modelo m¨¢s justo.