Lagunas en la libertad de expresi¨®n
Espa?a recibe una nueva condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
La justicia espa?ola ha recibido recientemente sonoros varapalos de los tribunales europeos, que han venido a evidenciar que Espa?a ha vulnerado los derechos de los ciudadanos. Una reciente sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) considera por unanimidad que no se respet¨® el derecho a la libertad de expresi¨®n del activista Agust¨ªn Toranzo, condenado por acusar de ¡°torturas¡± a dos polic¨ªas que intentaron desalojarlo por la fuerza del Centro Social de Casas Viejas de Sevilla en 2007. A ra¨ªz de sus declaraciones fue acusado por la Fiscal¨ªa y condenado a una multa por difamaci¨®n en 2011.
Estrasburgo considera ahora, siete a?os despu¨¦s, que ¡°el castigo carec¨ªa de la justificaci¨®n apropiada¡± y que en la causa de este okupa no hubo un ¡°equilibrio justo entre todos los derechos e intereses legales¡±. Los jueces argumentan que amenazar a Toranzo con la c¨¢rcel si no pagaba la multa pudo tener un ¡°efecto paralizador¡± en su libertad de expresi¨®n al desalentarle a criticar las acciones de agentes p¨²blicos. Y explican que la interferencia en los derechos de este ciudadano era innecesaria en una sociedad democr¨¢tica.
Este caso es un ejemplo del extremado celo con el que la justicia europea vela por la libertad de expresi¨®n y saca a luz las lagunas que en esta materia todav¨ªa perviven en Espa?a. Lo demuestra el tir¨®n de orejas que nuestro pa¨ªs recibi¨® el pasado marzo por haber condenado a dos independentistas catalanes que en 2007 quemaron una foto de los Reyes durante una protesta antimon¨¢rquica en Girona. En esta ocasi¨®n el TEDH concluy¨® que la libertad de expresi¨®n se extiende a informaciones e ideas ¡°que ofenden, chocan o molestan¡±. Y remarc¨® que forman parte de las condiciones de ¡°pluralismo, tolerancia y amplitud de miras¡± sin las cuales no es posible una sociedad democr¨¢tica.
Pese a sentencias de gran impacto pol¨ªtico, como las relacionadas con Arnaldo Otegi (que, seg¨²n el TEDH, no tuvo un juicio imparcial) o de los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola (que recibieron trato inhumano y degradante durante su detenci¨®n), Espa?a no es de los pa¨ªses que m¨¢s rapapolvos encaja. De los 47 pa¨ªses del Consejo de Europa, ocup¨® el a?o pasado el puesto 32, con apenas seis sentencias de las 1.068 dictadas por la gran sala y a una distancia sideral de Rusia (305) o Turqu¨ªa (116).
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