M¨¦xico, ante su destino

Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (AMLO) es desde este s¨¢bado el nuevo presidente de M¨¦xico. Su ascenso al poder corrige una anomal¨ªa hist¨®rica, puesto que nunca la izquierda hab¨ªa gobernado el gran pa¨ªs norteamericano en tiempos modernos. Este cambio abre adem¨¢s las puertas de la esperanza de la mayor¨ªa de los mexicanos, que votaron masivamente por el cambio en julio, tras tres d¨¦cadas no solo de promesas incumplidas de Gobiernos del Partido de Acci¨®n Nacional (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sino de una grave quiebra del Estado, especialmente en dos rubros fundamentales: la corrupci¨®n y la violencia. Sobre el combate a ambos ha trenzado el nuevo presidente su pacto con M¨¦xico. El cambio ser¨¢ ¡°profundo y radical¡±, dijo en su discurso. Estamos ¡°ante un cambio de r¨¦gimen pol¨ªtico¡±, remach¨®.

Las incertidumbres sobre el futuro del pa¨ªs, sin embargo, son formidables, y la larga transici¨®n de cinco meses hasta la toma de posesi¨®n las ha agrandado. La patente descoordinaci¨®n de su equipo ¡ªcuando no el enfrentamiento soterrado entre facciones¡ª o las consultas populares sin garant¨ªa alguna ¡ªcon participaciones min¨²sculas respecto al censo electoral¡ª, que han liquidado proyectos de 13.000 millones de d¨®lares como el nuevo aeropuerto internacional o ampliado derechos en pensiones y sanidad, han inquietado a los agentes econ¨®micos.

Al mismo tiempo, un grupo creciente de intelectuales ¡ªmuchos de ellos, tambi¨¦n de izquierdas¡ª ha empezado a manifestar su inquietud por estas nuevas formas de ejercer el poder y por el riesgo que ello supone para el fr¨¢gil entramado institucional mexicano ante la fuerza pol¨ªtica y el empuje de AMLO y de Morena, su partido. En abierto contraste con todo lo anterior, el nuevo presidente arranca su mandato con un elevad¨ªsimo nivel de aprobaci¨®n. El 63% aprueba su desempe?o como presidente electo. Y de celebrarse elecciones ahora, Morena lograr¨ªa el 44% de los votos, m¨¢s que el resto de partidos juntos.

Ello da fe de las ansias de cambio de los mexicanos. L¨®pez Obrador ha prometido atender a los m¨¢s desfavorecidos ¡ªsin aumentar los impuestos¡ª, disminuir las cotas de violencia ¡ªpara lo que mantendr¨¢ al Ej¨¦rcito en las calles, en contra de lo que prometi¨®¡ª y acabar de ra¨ªz con la corrupci¨®n ¡ªpara lo que ha ofrecido una suerte de amnist¨ªa para actos cometidos antes de este 1 de diciembre y tolerancia cero a partir de hoy¡ª. Tambi¨¦n modificar¨¢ el reparto de ayudas sociales para asegurar que estas no acaben engrosando los bolsillos de avispados intermediarios

Para algunos de estos retos, L¨®pez Obrador conf¨ªa exclusivamente en su carisma y su voluntad: coordinar¨¢ todas las ma?anas personalmente la seguridad del pa¨ªs. Y sostiene que la corrupci¨®n se acabar¨¢ porque, con su llegada al poder, M¨¦xico comienza una nueva era en la que esta no tiene cabida. Para las otras tareas, necesitar¨¢ modificar a fondo el entramado institucional mexicano.

Sacar de la pobreza extrema a millones de mexicanos, paliar la descorazonadora desigualdad social y reducir a niveles aceptables, si tal cosa existe, la violencia de proporciones b¨ªblicas que azota a M¨¦xico requerir¨¢ de intervenciones contundentes y cambios profundos en los mecanismos pol¨ªticos y administrativos del pa¨ªs.

Lograr todo ello sin debilitar ni comprometer la democracia, tanto en la letra de la ley como en su esp¨ªritu, es tarea herc¨²lea y requiere sin duda del concierto del conjunto de la sociedad. M¨¦xico no dispone de otro camino, ni de muchas m¨¢s oportunidades, para salir de la mara?a que le asfixia y encarrilar su destino en el siglo XXI.