Un mimo para cada d¨ªa
El origen de los calendarios de Adviento se remonta a la Alemania de finales del siglo XIX. Nacieron como un mecanismo para calcular los d¨ªas que faltaban para la Nochebuena. A principios del siglo XX su uso se populariz¨® y surgieron los modelos con dulces que conocemos hoy. Pero el de la imagen no es como la mayor¨ªa. No guarda bombones ni caramelos. Tampoco juguetes para los m¨¢s peque?os. En el interior de sus 25 cajones se esconden velas arom¨¢ticas, muestras de fragancias o una suave crema para hidratar la piel. En definitiva, una irresistible selecci¨®n de art¨ªculos para mimarse d¨ªa tras d¨ªa durante la Navidad. Se trata de una edici¨®n limitada de la firma Diptyque que cuesta 350 euros y que representa un homenaje a los calendarios de Adviento originales. Aquellos que no guardaban chocolate en su interior.?
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