El esp¨ªritu de la Navidad
El objeto en cuesti¨®n lo hab¨ªa fabricado ¨¦l, con sus manitas de sindicalista liberado
Solemos dejarnos llevar por un materialismo posmoderno y, por lo tanto, la Navidad se convierte en un frenes¨ª de consumo.
Los regalos, por ejemplo, ?no se supon¨ªa que lo importante era el detalle? Pues el a?o pasado mi amigo invisible (mi cu?ado), en vez de obsequiarme con unos auriculares inal¨¢mbricos inteligentes; o con un gal¨¢n de noche estilo biedermeier; o un overboard de dos ruedas, alta calidad, con barra de control de rodilla, ideal para un paseo seguro y divertido con los amigos de la oficina; o¡ ?Yo que s¨¦! Un Toblerone gigante¡ (que hubiera sido lo f¨¢cil, optar por cualquiera de estas opciones) El muchacho puso en mis manos un cenicero de barro policromado, con la siguiente leyenda:
¡°Una rosa es una flor.
Un bill¨®n una fortuna.
Pero una amiga como t¨²,
No la cambio por ninguna¡±.
(Cuando le pregunt¨¦ si estaba en femenino porque utilizaba lenguaje inclusivo, me respondi¨® que, hasta el ¨²ltimo momento, crey¨® que le hab¨ªa tocado mi mujer). El objeto en cuesti¨®n lo hab¨ªa fabricado ¨¦l, con sus manitas de sindicalista liberado. Lo estamp¨¦ contra la pared ¡ªal cenicero, digo¡ª y me march¨¦ a cenar a mi habitaci¨®n dando portazos: ¨¦l fue el vencedor moral. Me dio una lecci¨®n que ahora no sabr¨ªa sintetizar, pero que revela el verdadero sentido de estas fiestas.
Tambi¨¦n existen otros mensajeros del esp¨ªritu navide?o: los ANUNCIOS.
Ayer vi el de Campofr¨ªo, donde se nos recuerda que hay que re¨ªr. Indiferentemente de como sea el chiste; o a qui¨¦n vaya dirigido; o cu¨¢l sea su finalidad; o c¨®mo est¨¦ enfocado.
Porque los chistes son como las salchichas de una ristra: todos iguales. Hay que consumirlos sin prejuicios, ni visi¨®n cr¨ªtica. En definitiva da lo mismo que el humor, sea para arriba, para abajo, para el centro o para dentro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.