Carta a los Reyes Magos de un c¨®mico genial
Merezco un buen regalo. Por lo tanto, para el a?o venidero me encantar¨ªa ser protagonista de una buena pol¨¦mica
Queridos Reyes Magos:
Este a?o he sido lo que se dice un c¨®mico bueno. Present¨¦ la entrega de los premios Goya junto a mi compinche Ernesto Sevilla y concitamos una reacci¨®n un¨¢nime. No es mi intenci¨®n sacar pecho, pero hicimos la primera gala feminista, inclusiva, trasversal y chichinabesca de la historia. Llegamos a conclusiones que perfectamente podr¨ªa haber logrado una actriz joven con ideas propias. Asimismo fuimos generosos, propiciando momentos para que otras compa?eras brillaran, a saber: Cristina Casta?o, la Terremoto de Alcorc¨®n, Leticia Dolera, Paquita Salas.
Ya solo esto es el recopet¨ªn, pero adem¨¢s he continuado haciendo divertidas parodias manchegas de personajes de toda condici¨®n y pelaje: Soraya S¨¢ez de Santamar¨ªa, Pedro S¨¢nchez, Manuela Carmena, Carles Puigdemont¡ Con ninguno de ellos despert¨¦ sospecha alguna, ni hubo necesidad de mandar polic¨ªas a detenerme; bien al contrario, fueron todas muy celebradas. Menci¨®n aparte merece el caso de la alcaldesa, que se inspir¨® en su imitaci¨®n para reducir el tr¨¢fico en el centro de Madrid, haciendo suyo el grito: ?NI UN COCHE VA A QUEDAR!
Todos estos logros geniales no han provocado que pierda el oremus y he continuado haciendo de la humildad mi se?a de identidad. Puede que sea el c¨®mico m¨¢s humilde de este pa¨ªs; sin duda lo soy (si alguno de mis colegas lo pone en duda, le reto a una pelea de gallos humildes).
En fin, que merezco un buen regalo. Por lo tanto, para el a?o venidero me encantar¨ªa ser protagonista de una buena pol¨¦mica. Y que un grupo numeroso de personas iracundas vertieran sus bravatas en las redes contra m¨ª, con un nivel de virulencia tal, que me viera obligado a pedir unas disculpas tan torpes que provocaran que otros semejantes ¡ªque hasta entonces hubieran visto con buenos ojos mi propuesta¡ª se sintieran decepcionados a la par que indignados y la emprendieran, tambi¨¦n, a palos ¡ªvirtuales¡ª consiguiendo as¨ª descontentar a todos.
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