Tan rid¨ªculo, tan real
Olv¨ªdate del sistema de valores que hace posible nuestra convivencia democr¨¢tica
Olv¨ªdate del sistema de valores que hace posible nuestra convivencia democr¨¢tica: la igualdad, la libertad, la justicia, la solidaridad¡ D¨¦jate de pamplinas con ese mantra de respetar los fundamentos del pacto constitucional como espacio de concordia o el sistema institucional como el marco leg¨ªtimo para un civilizado contraste de pareceres. No nos detengamos en procedimientos farragosos que, despu¨¦s de escuchar a unos y otros, permiten soluciones que satisfacen a una mayor¨ªa. No estamos para tonter¨ªas. Mucho menos para escuchar, razonar, dialogar y aceptar las posiciones de quien solo quiere sacar provecho. Ya est¨¢ bien de perder tiempo y dinero. Vayamos a soluciones r¨¢pidas y eficaces. Dime qu¨¦ necesitas y te dir¨¦ qu¨¦ puedo ofrecerte. As¨ª de simple.
A ver¡ ?te sientes ofendido por este mantra de la Espa?a plural?: toma medio y mitad de identidad espa?ola. De la buena, de la de sin complejos ?T¨² tambi¨¦n crees que la soluci¨®n pasa por aplicar un escarmiento a quienes desaf¨ªan la unidad de la patria?: te pongo entonces 500 gramos de mano dura y se activa sin m¨¢s el art¨ªculo 155 hasta que aquellos entiendan que con las cosas de comer no se juega. ?T¨² tambi¨¦n est¨¢s cansado de pagar impuestos para sostener un sistema de prestaciones sociales del que se benefician los extranjeros, aunque no se adapten a nuestras costumbres?: entonces estamos de acuerdo que los espa?oles van primero y si sobra algo ya veremos ?Y qu¨¦ me dices de esta moda de la igualdad a todas horas?: veo que t¨² tambi¨¦n necesitas una pastilla para reforzar la dosis de masculinidad.
Descrito as¨ª todo parece rid¨ªculo. Y, sin embargo, quienes defienden este tipo de iniciativas cuentan ya con respaldo suficiente para condicionar gobiernos. En Espa?a, como en otros Estados europeos, hay ciudadanos dispuestos a confiar la gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos a fuerzas pol¨ªticas cuya vocaci¨®n es activar cada uno de los monstruos de la raz¨®n que provoca el miedo a un mundo globalizado e interdependiente en el que han desaparecido las certezas que ejerc¨ªan de escudo protector. Ninguna de las ideas que proponen los populismos podr¨¢ aliviar los problemas de una sociedad abierta y plural. Tampoco servir¨¢n para satisfacer las pretensiones de los m¨¢s desfavorecidos. Con todo, no ser¨¢ f¨¢cil cambiar la opini¨®n de quienes as¨ª lo creen apoy¨¢ndonos en meras palabras. El esfuerzo de quienes entendemos posible ordenar el funcionamiento de una sociedad democr¨¢tica desde planteamientos m¨¢s plurales e integradores deber¨ªa concentrarse, a mi juicio, en impulsar las reformas de un modelo de gobernanza que arroja, en lo econ¨®mico, tasas inaceptables de desigualdad y, en lo pol¨ªtico, una profunda desafecci¨®n hacia los mecanismos de representaci¨®n. Cuando hayamos corregido las deficiencias que erosionan los fundamentos de la democracia liberal, los ciudadanos despreciar¨¢n, sin mayor reparo, aquellas iniciativas que solo la desesperanza, la inseguridad y el miedo convierten en atractivos espejismos. Queda dicho. Feliz 2019.
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