Amplitud

Los ciudadanos de este pa¨ªs tuvimos hace meses un regalo de Reyes anticipado: nuestro presidente del Gobierno. Vamos, digo yo que nos lo habr¨¢n tra¨ªdo los Reyes, porque las urnas est¨¢ claro que no. Casi cada semana le descubrimos nuevas virtudes: ahora sabemos que tiene un proyecto ¡°constitucionalista¡±, menos mal, pero ¡°de mirada amplia¡±. La amplitud de mirada es una bendici¨®n: permite ver y valorar lo que uno tiene a derecha (malo) e izquierda (bueno) aunque sea a costa de enfocar peor lo que se tiene delante. Los estrechos de miras, como Jos¨¦ Mar¨ªa M¨²jica, ven a Otegi brindando con la l¨ªder del PSE y no captan el contexto navide?o, la hermandad culinaria, el turr¨®n, paz en la tierra y en el microclima vasco, etc¨¦tera... sino que s¨®lo se fijan en el padre asesinado en un charco de sangre. Y se lo toman a la tremenda, pese a la evidente buena intenci¨®n de ese retrato de familia. Otros no menos angostos leen el comunicado conjunto con Torra tras su expedici¨®n a Catalu?a y s¨®lo se fijan en que no se menciona la Constituci¨®n y se habla de la ¡°ciudadan¨ªa catalana¡±, no de la espa?ola (que es la ¨²nica que hay), sin apreciar la cantidad de di¨¢logo que llevan dentro esas pocas l¨ªneas. Y la pura estrechez lleva a algunos a preguntar a S¨¢nchez si cuando proclama que utilizar¨¢ todos los instrumentos del Estado para que no se recorten las libertades se refiere s¨®lo a Andaluc¨ªa o a todos los lugares en que se coarta la elecci¨®n del castellano como lengua vehicular de la ense?anza... tambi¨¦n a las mujeres. No tienen ensanche de miras.

Dijo Bertrand Russell que no es lo mismo tener un esp¨ªritu amplio que uno vac¨ªo. Le hubiera venido bien conocer a Pedro S¨¢nchez para ponerse al d¨ªa de lo que significa la mirada pol¨ªtica aqu¨ª y ahora.